WASHINGTON, 3 ago (Reuters) - El sector servicios estadounidense se ralentizó en julio y las empresas tuvieron que hacer frente a unos precios más altos de los insumos, perola demanda seguía aguantando, lo que sugiere un largo y lento camino para reducir la inflación.
El Instituto de Gerencia y Abastecimiento (ISM) dijo el jueves que su PMI no manufacturero cayó a 52,7 el mes pasado desde 53,9 en junio. Una lectura por sobre 50 indica crecimiento del sector servicios, que representa más de dos tercios de la economía.
Los economistas consultados por Reuters estimaban que el PMI no manufacturero bajaría a 53,0 puntos.
En los niveles actuales, el PMI no manufacturero es coherente con una economía que sigue avanzando a pesar de las subidas de 525 puntos básicos de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal desde marzo de 2022.
La demanda de servicios se ve reforzada por un cambio desde el gasto en bienes.
El ISM informó el martes de que su PMI manufacturero se contrajo en julio por noveno mes consecutivo, el periodo más largo desde la Gran Recesión de 2007-2009.
Una medida de los nuevos pedidos recibidos por las empresas de servicios cayó a 55,0 el mes pasado desde 55,5 en junio. Con la demanda aún fuerte, la inflación de los servicios repuntó el mes pasado.
El sector servicios está en el centro de la batalla de la Reserva Federal para reducir la inflación a su objetivo del 2%. Los precios de los servicios suelen ser más rígidos y menos sensibles a las subidas de tasas. La reciente ralentización de la inflación se ha debido en gran medida al descenso de los precios de los bienes, como la energía.
Un indicador de los precios pagados por las empresas de servicios por los insumos aumentó al 56,8 el mes pasado, desde 54,1 en junio.
Algunos economistas consideran que la medida de los precios pagados por los servicios del ISM es un buen indicador de la inflación de los gastos de consumo personal (PCE). La Fed hace un seguimiento de los índices de precios PCE para la política monetaria. El índice anual de precios PCE, que excluye alimentos y energía, subió un 4,1% en junio, tras el 4,6% de mayo.
El empleo en el sector servicios se ralentizó en julio, lo que unido a la fuerte caída en el sector manufacturero el mes pasado, podría suponer un riesgo a la baja para el recuento de nóminas no agrícolas de julio.
Pero otros datos, como el informe nacional de empleo ADP, la encuesta de confianza del consumidor del Conference Board y el informe de despidos Challenger sugieren que el crecimiento del empleo se mantuvo fuerte el mes pasado.
Está previsto que el Gobierno publique el viernes su informe de empleo de julio. Los economistas encuestados por Reuters prevén un aumento de 200.000 puestos de trabajo en el mes, tras un incremento de 209.000 en junio. La tasa de desempleo se mantendría en el 3,6%.
(Reporte de Lucia Mutikani; Editado en Español por Manuel Farías)