Madrid, 16 jun (.).- UGT ha urgido a que España ratifique el convenio 189 de la OIT sobre trabajo decente para el empleo doméstico y a equiparar los derechos laborales de este colectivo que, por ejemplo, sigue sin tener protección por desempleo, tras una "década perdida" desde la aprobación del nuevo marco de laboral.
En un comunicado con motivo del décimo aniversario de la aprobación de este convenio, que ya han ratificado 32 países, UGT pide abrir una mesa de diálogo social sobre la situación de estas trabajadoras.
UGT recuerda que han transcurrido diez años desde que se acordó una nueva regulación, tanto en materia de seguridad social como laboral, para esta actividad con el objetivo de ir equiparando sus derechos con el resto de trabajadores, algo que no ha ocurrido.
Ante ello, el sindicato reclama varios cambios en el seno del diálogo social empezando por un sistema de protección por desempleo, la inclusión en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, regular el trabajo nocturno o equiparar el tratamiento de las bajas.
También reclaman más inversiones en protección social, "para que este sector deje de cubrir necesidades sociales que son o deberían ser responsabilidad de las Administraciones Públicas".
E insiste en la extensión de la denominada "ley riders", que presupone la laboralidad a los repartidores de determinadas plataformas de reparto, a otras "que hacen uso de la figura de los autónomos o de la relación laboral especial de forma fraudulenta".
En cifras, UGT recoge en un estudio que, por ejemplo, en 2019, el salario bruto medio total para el personal doméstico fue un 56 % inferior al salario medio de todas las ramas de actividad y que este colectivo ha visto elevarse aún más el trabajo parcial hasta suponer el 57 % frente al 16 % del conjunto de la población asalariada.
Unas cifras que tienen un impacto casi total en las mujeres: de las 595.200 personas que había ocupadas en 2019 en actividades de los hogares como empleadores del personal doméstico, 522.300, el 87,8 %, eran mujeres.
Estas trabajadoras, concluye UGT, "constituyen el eslabón más débil de la precaria cadena de los cuidados en este país".