Tokio, 31 jul (.).- El Banco de Japón (BoJ) anunció hoy una ligera revisión a la baja de sus perspectivas de crecimiento económico y de inflación para este año y el siguiente, respecto a las previsiones que había hecho en abril pasado.
En cuando a la actividad económica, el instituto emisor calcula que en el año fiscal que comenzó el 1 de abril pasado Japón tendrá un aumento del crecimiento de su producto interno bruto (PIB) de entre el 1,3 y el 1,5 %, según consta en un documento aprobado hoy por la entidad en su reunión mensual sobre política monetaria.
En abril pasado, la previsión tenía un margen entre el 1,4 y el 1,7 %.
Para el ejercicio fiscal de 2019, el BoJ prevé un aumento de la actividad económica de entre el 0,7 y el 0,9 %, los mismos valores que había anunciado en abril pasado.
En cuanto a la inflación, el instituto emisor nipón calcula que el actual ejercicio fiscal el índice de precios al consumo (IPC) subirá entre el 1,0 y el 1,2 %, por debajo de lo que había calculado anteriormente (entre el 1,2 y el 1,3 %).
Este cálculo incluye la variación de precios de todos los productos menos los de alimentos frescos, por su alta volatilidad.
En el año fiscal que comienza el primero de abril de 2019 el BOJ prevé que la inflación estará entre el 1,8 y el 2,1 %, frente al rango de 2,0-2,3 % que había previsto en abril pasado.
Para el año fiscal de 2020, el BOJ prevé un crecimiento del PIB de entre el 0,6 % y el 0,9 %, y una inflación de entre el 1,9 y el 2,1 %.
En sus explicaciones sobre la evolución macroeconómica, el BoJ dice que en los años fiscales de 2019 y 2020 el país tendrá una "tendencia expansiva" en su crecimiento, apoyada parcialmente por la demanda externa.
Ese ritmo, sin embargo, puede tener una desaceleración por un retroceso en las inversiones y los de un programado aumento en los impuestos al consumidor que entrará en vigor en octubre de 2019.
Y en cuanto a los niveles de inflación, el instituto emisor nipón, que se ha fijado como meta un aumento del IPC del 2 %, reconoce que ha venido registrando un desarrollo "relativamente débil" comparado con la evolución del crecimiento y el mercado laboral.
A causa de ello, "ha habido un rezago en el aumento en las expectaciones de inflación a medio y largo plazo".
El BoJ, en su análisis sobre los potenciales riesgos para la actividad económica, incluye las políticas macroeconómicas de Estados Unidos y "las consecuencias de los movimientos proteccionistas".
También alerta sobre los efectos globales que puedan tener las negociaciones para la salida del Reino Unido de la Unión Europea, así como riesgos geopolíticos no detallados.