Londres, 12 oct (.).- El ministro británico de Economía, Philip Hammond, dijo hoy que el Reino Unido podría beneficiarse de un impulso económico si negocia con éxito un acuerdo del "brexit" con la UE y manifestó su optimismo sobre las negociaciones.
En unas declaraciones a la BBC en Bali, donde participa de la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI), Hammond señaló que hay un "cambio en el ritmo" de las conversaciones entre Londres y Bruselas sobre la retirada de su país del bloque europeo, que se concretará el 29 de marzo del año próximo.
El ministro admitió que aún hay obstáculos, pero que el proceso de las conversaciones es mucho más positivo y que, en caso de acuerdo, el Reino Unido puede resultar económicamente beneficiado.
La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, en inglés), que pronostica la marcha de la economía británica, ha anticipado que puede haber una ralentización económica del Reino Unido debido a la incertidumbre del "brexit" y el riesgo de que finalmente no haya un pacto entre las partes.
Sin embargo, en caso de que se haya acuerdo, la OBR puede mejorar el pronóstico de la marcha de la economía, según Hammond.
"Creo que habrá un dividendo" para el Reino Unido, afirmó. "Yo siempre he sido optimista de que podremos llegar a un acuerdo al final, porque está claro que es de interés de ambas partes conseguirlo", insistió el ministro.
Agregó que hubo un "cambio" en el ritmo de las conversaciones y que ambas partes quieren resolver los problemas.
La primera ministra británica, Theresa May, reunió ayer a sus ministros en su residencia oficial de Downing Street para abordar las negociaciones sobre la retirada del Reino Unido de la UE de cara a la cumbre europea que celebrará la próxima semana.
El problema central por resolver es la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, porque el objetivo es que sea invisible para no perjudicar el proceso de paz en la provincia.
La UE ha manifestado su oposición al llamado plan "Chequers" presentado por May, que contempla un mercado común de bienes británico-comunitario con equivalencia regulatoria, si bien ha recibido la oposición de varios diputados euroescépticos, entre ellos el extitular de Exteriores Boris Johnson.
Cualquier acuerdo al que llegue May con Bruselas -si es que hay uno- será votado por el Parlamento de Westminster (Londres), cuyo resultado se presenta incierto e incluso podría ser rechazado dadas las actuales discrepancias entre las formaciones políticas.