Madrid, 30 abr (.).- El Banco de España calcula que los contribuyentes españoles pagaron 11.000 millones de euros de IRPF más de lo que les habría correspondido entre 2019 y 2023 si la tarifa del impuesto se hubiera ajustado a la inflación.
En su informe anual publicado este martes, el Banco de España incluye un estudio sobre el impacto de la denominada progresividad en frío, que es el efecto que se produce cuando la cuota tributaria crece más que el incremento de la renta por la no actualización de la tarifa del impuesto.
De acuerdo con sus cálculos, el IRPF pasó de recaudar 86.000 millones en 2019 a 124.000 millones en 2023, un incremento de 38.000 millones que está relacionado tanto con el mayor número de contribuyentes como con el crecimiento de salarios y prestaciones.
Este incremento de recaudación, puntualiza el Banco de España, habría sido 11.000 millones de euros inferior si los distintos componentes del impuesto se hubieran ajustado a la inflación de esos años y, por lo tanto, se hubiera evitado la progresividad en frío.
¿Cómo funciona la progresividad en frío?
La progresividad en frío, explica el informe, funciona a través de dos mecanismos: en primer lugar, los beneficios fiscales con cuantías fijas, como reducciones o deducciones, pierden valor relativo; y, en segundo lugar, los incrementos de renta se gravan con un tipo marginal superior al tipo medio, lo que eleva ese tipo medio.
Es decir, un contribuyente que disfrute de un aumento de renta en línea con la inflación -y que, por tanto, no ha mejorado su capacidad adquisitiva- verá incrementado su tipo medio de IRPF, ya que tendrá un mayor porcentaje de renta que exceda a los beneficios fiscales (como el mínimo personal y familiar) y toda la nueva renta se enmarcará en tramos altos del impuesto.
En términos teóricos, un aumento de renta de los hogares del 1 % daría lugar a un aumento de la recaudación del 1,85 %, pero el Banco de España puntualiza que el impacto es desigual en función del nivel de renta.
Así, mientras los contribuyentes con rentas inferiores a 16.385 euros apenas se verían afectados por la progresividad en frío, quienes se encuentren entre esa renta y los 19.873 euros verían "aumentos relativos muy elevados en su cuota tributaria", superiores al 10 %, debido al menor efecto de los beneficios. A partir de ese nivel, el efecto se diluye progresivamente.
El Banco de España explica que este aumento generalizado de los tipos medios reduce la desigualdad de la renta, pero también erosiona la progresividad del impuesto, ya que la diferencia entre los tipos medios de las rentas altas y bajas se reduce.
Los tipos medios seguirán subiendo
Más allá de este efecto teórico, el informe analiza el impacto real en la economía española, donde las rentas de los hogares crecen con fuerza y el IRPF no ha actualizado sus parámetros -como los mínimos o los tramos- a la inflación, más allá de la deflactación de la parte autonómica en algunas regiones y otros pequeños ajustes.
En este entorno, la progresividad en frío explica la mitad del aumento de la ratio de recaudación de IRPF sobre el PIB (que pasó del 6,9 % en 2019 al 8,5 % en 2023) y el 70 % del aumento de los tipos medios (que pasó del 12,8 % en 2019 al 14,7 % en 2023).
De cara el futuro, si los parámetros del IRPF no se actualizan, la progresividad en frío "continuará teniendo un impacto significativo en la recaudación", que podría alcanzar el 9 % del PIB en 2025, al tiempo que el tipo medio escalaría al 15,3 %.