, 5 oct (.).- La decisión de los fondos acreedores de Celsa de iniciar el proceso para obtener el aval del Gobierno de cara a tomar el control de la siderúrgica y de buscar un socio español marca una nueva página en la historia de la compañía, que arrastra su mayor crisis en más de cinco décadas de historia.
Este último paso se produce después de que la Justicia catalana validara el plan de reestructuración presentado por esos fondos - Deutsche Bank (ETR:DBKGn), SPV Global, Sculptor Investment, Anchorage Capital, entre otros- para Celsa, que se vio abocada a solicitar ayudas públicas debido al impacto negativo que causó la pandemia en sus cuentas.
La historia
Celsa España, que forma parte de Celsa Group, es un grupo industrial familiar fundado en 1967 que desarrolla su actividad en el sector siderúrgico.
Controlado históricamente por la familia Rubiralta, se trata de uno de los mayores productores de acero de Europa y de los principales consumidores industriales de energía de España; emplea a unos 10.000 trabajadores; cuenta con seis grupos empresariales, y tiene presencia en nueve países del continente.
Históricamente, ha sido un grupo netamente exportador, al enviar más del 60 % de sus ventas de las plantas españolas al exterior, destinando su producción en España, fundamentalmente, a la construcción y automoción.
La pandemia
La crisis ocasionada por la pandemia de la covid-19 generó caídas en sus mercados naturales del 25 % en 2020, cuando perdió 364 millones de euros.
En este contexto, Celsa acudió al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas afectadas por la crisis sanitaria, gestionado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), a la que solicitó hasta 700 millones.
En junio de 2022, la SEPI dio luz verde a ayudar a Celsa España con 550 millones, el importe más cuantioso de todos, según se habló entonces, canalizados a través de un préstamo participativo de 280,5 millones y otro ordinario de 269,5 millones.
Sin embargo, para que el fabricante de acero obtuviera dicha cuantía debía llegar a un acuerdo con sus acreedores. Una vez cerrado, la operación se elevaría al consejo gestor del Fondo para su aprobación.
Acreedores vs. Rubiralta
Pero la concordia nunca llegó, y las discrepancias acabaron dirimiéndose en un juicio que enfrentó a la familia propietaria con los fondos acreedores.
Estos últimos, entre los que están Deutsche Bank, SPV Global, Sculptor Investment y Anchorage Capital y que controlan un 90 % de la deuda de Celsa, situada alrededor de los 3.000 millones, proponían, en base a la nueva ley concursal, convertir 1.291 millones en el 100 % de las acciones del grupo.
Una pretensión que contrastaba con la de los Rubiralta, que venían de mover ficha al proponer antes del comienzo de la vista oral, sin éxito, que los acreedores entraran en su accionariado con hasta un 49 % del capital.
El papel del Gobierno central
La sentencia del Juzgado de lo Mercantil número 2 de Barcelona, conocida el pasado 1 de septiembre, acabó por dar vía libre a los fondos para tomar el control del 100 % de Celsa.
En cualquier caso, éstos necesitan de la autorización del Consejo de Ministros para hacerse con el control efectivo del grupo, como se encargó de subrayar el Ministerio de Industria tras el fallo judicial.
Los fondos han formalizado la solicitud este mismo jueves, con lo que se pone en marcha el plazo para que el Gobierno se pronuncie sobre la operación.
Por lo pronto, lo poco que ha trascendido es que el Ejecutivo ha requerido que se establezca un consejo independiente -los fondos ya anunciaron que nombrarán a Rafael Vilaseca, ex consejero delegado de Gas Natural Fenosa (BME:NTGY), como presidente-, y que se incorpore "un socio industrial que fortalezca la gestión de la compañía".
A este respecto, los acreedores han asegurado este jueves que ya han trasladado al Gobierno "su total compromiso con el objetivo de sanear y fortalecer la posición financiera de Celsa, con el de mantener su plantilla y sus capacidades productivas en España y con el resto de los objetivos señalados".
Fuentes conocedoras de la marcha del proceso han dicho que los fondos han recibido muestras de interés por parte de varios grupos industriales por entrar en Celsa.
De hecho, en los últimos días se ha especulado con que Sidenor o CL Grupo Industrial podrían tener interés en este proceso de búsqueda de un socio industrial.
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