Manila, 6 ago (EFE).- La economía de Filipinas se desplomó un 16,5 % en el segundo trimestre del año, su mayor caída desde la vuelta de la democracia al país en 1986, y entró en recesión arrastrada por la estricta y larga cuarentena para contener la pandemia de COVID-19.
La fuerte caída del Producto Interior Bruto (PIB) filipino entre abril y junio responde al duro confinamiento que el gobierno de Rodrigo Duterte impuso a la isla de Luzón, la mayor y más poblada de Filipinas, que frenó la actividad en el motor económico del país.
El descenso del 16,5 % en el segundo trimestre sigue una caída del 0,7 % en el primero, lo que confirma la entrada en recesión de la economía filipina, algo que no sucedía desde 1991, después de haber crecido a un ritmo anual del 6 % en la última década, según datos divulgados hoy de la Autoridad Nacional Estadística.
Filipinas relajó la cuarentena en Luzón a partir de junio, después de más de dos meses de estricto confinamiento, pero esta semana Manila y las provincias que le rodean -que suman el 67 % del PIB nacional- regresaron a la fase más dura de la cuarentena para contener una nueva oleada de contagios.
La fase de confinamiento aprobada para la capital y alrededores restringe completamente los movimientos, se suspende el transporte público y solo se permite a un miembro de cada familia salir a comprar artículos esenciales, lo que obligó de nuevo al cierre de establecimientos e industrias no esenciales.
El gobierno filipino anunciará hoy su nueva previsión para el conjunto de 2020, que en mayo situaron en una posible caída del 3,4 %. Tanto el equipo económico del gobierno como analistas independientes confían en que el PIB repunte en el tercer trimestre, a medida que se controle la pandemia y se retome la normalildad.
Filipinas está a punto de convertirse en el mayor foco de COVID-19 del Sudeste Asiático, al confirmar el miércoles 115.980 contagios, muy cerca de los 116.871 de Indonesia, cuya población es más del doble que la filipina.