Berlín, 22 abr (.).- El partido liberal de Alemania, FDP, ha propuesto un programa de varios puntos para acelerar la recuperación económica del país, que incluye fuertes ahorros en los gastos sociales, entre protestas de sus socios de coalición del Gobierno.
El plan, promovido de cara al congreso del partido el próximo fin de semana, recalca que es necesario un giro en la economía porque Alemania ha perdido dramáticamente competividad, pues mientras que hace diez años el país era uno de los seis más competitivos del mundo, "ahora ha caído al puesto 22".
"El crecimiento se está estancando. Este año se espera un crecimiento de sólo el 0,1 %, después de una caída el año pasado. No podemos estar satisfechos con esto", escriben los liberales en la introducción del documento publicado en su página web.
Para que Alemania vuelva a ser atractivo para invertir, el FDP liderado por el ministros de Finanzas, Christian Linder, propone menos impuestos y aranceles, menos burocracia, más trabajadores calificados, mejores incentivos laborales, energía más asequible y finanzas estables.
Pero por encima de todo, el FDP insiste en que hay que respetar el freno de la deuda, que limita el endeudamiento del Estado al 0,35 % del PIB al año y que está anclado en la Constitución alemana.
El partido pone sobre la mesa puntos polémicos, como una moratoria a las prestaciones sociales durante tres años, de manera que no haya un aumento del gasto social durante este tiempo.
Los liberales también quieren reducir los incentivos a la jubilación anticipada y suprimir las pensiones anticipadas a los 63 años, una posibilidad que utilizan de media 241.000 personas al año.
"Queremos garantizar durante más tiempo los valiosos conocimientos y la capacidad de trabajo de las personas mayores", argumenta el FDP.
Además aboga por flexibilizar la jubilación al introducir una edad de jubilación flexible según el modelo sueco, es decir quienes se jubilan antes reciben una pensión más baja.
El FDP también quiere sancionar a aquellos ciudadanos y solicitantes de asilo que se niegan a trabajar, "porque la solidaridad no es una vía de sentido único".
Por otra parte los liberales quieren acabar con las subvenciones a la electricidad verde "lo antes posible".
"Después de más de dos décadas de apoyo, también es necesaria una reducción de las subvenciones a las energías renovables desde una perspectiva presupuestaria", defiende el partido de Lindner, que aboga a su vez por aumentar el hidrógeno y permitir la producción de gas de esquisto, así como construir una central eléctrica de fusión.
A su vez pretende conceder ventajas fiscales por las horas extra, cuyo pago es devorado en gran medida por el impuesto progresivo sobre los salarios y la renta.
Los socios de la coalición, los socialdemócratas y Los Verdes, ya han reaccionado con un rechazo al programa del FDP, sobre todo porque va en varios aspectos en contra del acuerdo de Gobierno.
El copresidente del SPD, Lars Klingbeil, y el secretario general del partido, Kevin Kühnert, rechazaron de inmediato el plan de Lindner, al afirmar que el concepto del ministro de Finanzas "consiste principalmente en insultar a los empleados".
La ministra de Exteriores, la verde Annalena Baerbock, recalcó que el programa es problemático a la vista de la situación mundial actual.
"Vemos que esta turbulenta situación mundial es un gran desafío, especialmente para las democracias, porque las autocracias están utilizando deliberadamente la volátil situación actual para desestabilizarlas", afirmó.
Por eso "especialmente en estos momentos, antes de las elecciones europeas, se necesita unidad entre (...) todos los actores democráticos de nuestras sociedades", añadió.
El Gobierno no quiso pronunciarse sobre "propuestas del espectro político" en la rueda de prensa ordinaria de este lunes de los portavoces del Ejecutivo.
Para el jefe de la Unión Socialcristiana (CSU), socio bávaro de la opositora CDU, Markus Söder, calificó el documento de "acta de divorcio" de la coalición.