Por Liam Proud
LONDRES, 30 mar (Reuters Breakingviews) - Andrea Enria ha facilitado un poco la vida de los ejecutivos de los bancos. El viernes, el principal supervisor del Banco Central Europeo pidió a las entidades crediticias de la zona euro que suspendieran los dividendos hasta octubre como muy pronto. Esto dio a gente como el CEO de UniCredit (MI:CRDI), Jean Pierre Mustier, la excusa para anteponer los intereses de los clientes afectados por el coronavirus, al tiempo que se preserva un valioso capital en medio de la pandemia.
Bancos como UniCredit e ING (AS:INGA) estuvieron entre los primeros en suspender los pagos a los accionistas después de la intervención de Enria a última hora del viernes. La decisión del BCE replicaba las declaraciones de los reguladores nacionales de Alemania y Suiza.
La recomendación de Enria se aplica a los dividendos pagados con cargo a los resultados de 2019, que en gran medida están pendientes de aprobación en las juntas de accionistas que suelen celebrarse en primavera. Mantener el capital dentro de los bancos de la zona euro aumentaría su capital básico Tier 1 -también llamado CET1, el principal barómetro de la solvencia de los bancos- en 30.000 millones de euros, de los cuales 20.000 millones de euros se concentran en las 10 principales entidades del bloque por valor de mercado, según un análisis de Breakingviews.
Entre los mayores dividendos pendientes se encuentran un pago de unos 3.900 millones de euros por parte de BNP Paribas (PA:BNPP) y 3.400 millones de euros por parte de la entidad italiana Intesa Sanpaolo (MI:ISP). Ninguno de los dos bancos ha cancelado aún los pagos.
Ese capital sería más útil dentro de los bancos que en los bolsillos de los accionistas. Tomando como base una ratio de capital CET1 del 13%, típica en el sector, los 30.000 millones de euros adicionales podrían respaldar otros 230.000 millones de euros de activos ponderados por riesgo. Asumiendo una carga de riesgo del 75% aplicable a algunos préstamos a pequeñas empresas, esto equivale a 300.000 millones de euros en préstamos.
Los ejecutivos bancarios temían que supresiones unilaterales de los pagos a los accionistas se vieran como una señal de debilidad, o que empujara a los inversores a competidores con menos escrúpulos sociales. Ante una caída del 43% en el índice bancario de Euro STOXX en lo que va de año, los CEO de los bancos son reacios a quitar uno de los pocos factores que mantienen el interés de los inversores. La maniobra de Enria ayuda a eliminar el estigma de suspender la retribución y permite a los CEO desviar la culpa.
Bancos como UBS (SIX:UBSG), que se aferra a su dividendo de 2.600 millones de dólares, pueden lamentarlo. Como dijo la semana pasada el jefe del supervisor suizo Finma, Mark Branson, refiriéndose a los bancos en general, "los miles de millones que pueden ser distribuidos a los accionistas en dividendos en las próximas semanas y meses podrían ser necesarios más tarde". Los bancos que parecen estar bien capitalizados ahora podrían no estarlo si la pandemia persiste durante mucho más tiempo del previsto, aumentando la morosidad. Los bancos que elijan ser tercos pueden tener que acumular dolorosas provisiones más adelante.
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(El autor es columnista de Reuters Breakingviews. Las opiniones vertidas en esta columna son responsabilidad exclusiva de su autor)
(Editado por Peter Thal Larsen, Karen Kwok y Oliver Taslic)