Cada vez son más los estudios que hallan vínculos entre los alimentos ultraprocesados (UPF) y un mayor riesgo de padecer problemas de salud como obesidad, cardiopatías y diabetes de tipo 2.
Un equipo de investigadores de la Universidad de São Paulo (Brasil) y del Imperial College de Londres (Reino Unido) estudió específicamente el impacto de los alimentos "vegetales" muy procesados en el riesgo cardiovascular.
Analizaron los datos de casi 120.000 personas del Biobanco del Reino Unido que tenían una edad media de 55 años.
Cuando la dieta era más rica en alimentos vegetales no procesados, como frutas, verduras, cereales o frutos secos, se reducían los riesgos.
Un aumento del 10% en este tipo de ingredientes se asoció con una reducción del 7% en el riesgo de enfermedad cardiovascular y del 8% en el de cardiopatía coronaria.
Sin embargo, el consumo de alimentos ultraprocesados de origen no animal se asoció con un aumento del riesgo. Un cinco por ciento del riesgo de enfermedad cardiovascular y del 12 por ciento de mortalidad.
Los UPF en general también se relacionaron con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y mortalidad.
"Tenemos otro argumento de peso para fomentar la reducción del consumo de alimentos ultraprocesados, independientemente de si son de origen animal o vegetal", afirmó en un comunicado la Dra. Renata Levy, una de las autoras del estudio y profesora de la Universidad de São Paulo.
¿Qué alimentos ultraprocesados se incluyeron en el estudio?
El estudio analizó una amplia gama de alimentos ultraprocesados, como panes industriales, bollería, galletas y pasteles. Las alternativas cárnicas sólo representaban el 0,2% del UPF de origen vegetal.La Dra. Hilda Mulrooney, profesora de nutrición y salud en la Universidad Metropolitana de Londres, afirmó en un comunicado que el estudio era "impresionante por su tamaño y por haber utilizado una amplia gama de métodos estadísticos para demostrar un efecto".
Pero señaló que "el mayor contribuyente a los alimentos ultraprocesados de origen vegetal no son las alternativas a la carne, sino el pan, la bollería, los bollos, los pasteles y las galletas, que posiblemente no sean buenos marcadores de una dieta de origen vegetal, ya que muchas personas que consumen carne también consumirán esos productos".
"El estudio se limita a mostrar asociaciones y no se puede demostrar la causalidad", añadió.
Varios expertos señalaron también que el estudio se basaba en el sistema de clasificación NOVA, que clasifica los alimentos según su grado de transformación pero no tiene en cuenta su contenido nutricional.
"Es probable que una ingesta demasiado elevada de cualquier grupo de alimentos provoque un desequilibrio, y me preocuparía mucho más que los alimentos sanos fueran más asequibles. Consumir alimentos de menor calidad es la única opción para muchas personas debido a las presiones del coste de la vida", añadió Mulrooney.