Berlín, 10 abr (.).- El canciller alemán, Olaf Scholz, se reunió este miércoles a puerta cerrada con las cúpulas de las principales patronales del país después de que hicieran una serie de peticiones en una carta abierta que van desde la reducción de la carga fiscal para las empresas hasta el diseño de estrategias para reducir los precios de la energía y burocracia.
"Las perspectivas coyunturales son bajas, el crecimiento de la productividad es débil y las perspectivas de inversión bajas", dijo el gerente de la Asociación de Patronos Alemanes (BDA), Steffen Kampeter, en una declaración publicada en la pagina web de la organización.
El tono corresponde a las declaraciones de otros dirigentes. El presidente de la Confederación de la Industria Alemana (BDI), Siegfried Russwurm, ha hablado de dos años perdidos bajo el actual Gobierno y el gerente de Confederación Alemana de Cámaras de Industria y Comercio (DIHK) ha asegurado que hay mucha frustración entre las empresas.
De cara a la reunión de hoy las organizaciones emitieron un comunicado conjunto en el que insisten la necesidad de reformas y advierten de que "la transformación de la economía alemana, marcada por la digitalización y la decarbonización, sólo puede lograrse con empresas competitivas".
"Si el potencial de crecimiento sigue siendo tan bajo el país no podrá hacer frente a los retos que le esperan", advierte el comunicado
Peticiones concretas
Kempeter, para enfrentar la situación, se concentra en tres puntos también incluidos en parte en las diez peticiones presentadas en la carta abierta a Scholz de las organizaciones empresariales y a las que vuelven a aludir hoy en su comunicado.
El gerente de la BDA plantea la necesidad de tomar medidas para impulsar las inversiones, para lo que plantea estímulos fiscales, una estrategia para asegurar la oferta de mano de obra calificada pese a los cambios demográficos y el envejecimiento de la población y una reforma del estado social de Derecho.
Eso último, según Kempeter, implicaría una reducción del presupuesto dedicado a asuntos sociales que, señala, abarca casi la mitad de los presupuestos públicos, lo que permitiría dedicar el dinero ahorrado a impulsar inversiones.
Los diez puntos de las organizaciones empresariales -la BDA, la Confederación de la Industria Alemana (BDI) y la Confederación Alemana de Cámaras de Industria y Comercio (DIHK)- también apuntan a una reforma del Estado social y aluden concretamente a la necesidad de detener el aumento de las cotizaciones.
Entre las reformas concretas que se piden está el aumento de la edad de jubilación más allá de los 67 años, así como la eliminación de la norma que permite jubilarse antes de la edad fijada si se ha cotizado durante 35 años.
Otro punto es la rebaja de la carga impositiva sobre las empresas que, según la carta, no debe superar en ningún caso el 25 %.
Otras sugerencias son la reducción de la burocracia y el diseño de estrategias para lograr precios de energía competitivos, asunto sobre el que se pide crear las condiciones para el desarrollo de centrales eléctricas a gas que sean convertibles a centrales de hidrógeno.
Crítica de la academia
El presidente del Instituto Alemán de Estudios Económicos (DIW) de Berlín, Marcel Fratzscher, dijo este miércoles en declaraciones a la emisora SWR que las quejas de los representantes de los empresarios sólo en parte están justificadas.
"Tienen razón en cuanto a la burocracia pero ese es un problema nuevo que no se creo en los últimos dos años", dijo Fratzscher.
Añadió que parte de los problemas de la economía alemana actualmente se debe a decisiones equivocadas que tomaron algunas empresas en el pasado y mencionó concretamente el sector del automóvil, que tardó demasiado en empezar a apostar por nuevas tecnologías.
"Parte del análisis debe ser mirarse al espejo y no sólo plantear exigencias al Estado que en Alemania hizo más por las empresas que en casi ninguna otra parte del mundo", dijo.
Sin embargo, Fratzscher admitió que actualmente al Gobierno le falta una perspectiva clara de cara a lo que se quiere para dentro de diez o veinte años.