Quito, 15 mar (.).- Dos empresas españolas, Renfe y TMB, se han interesado entre nueve compañías más, entre ellas una italo-nipona, dos francesas y una alemana, por participar en el proceso para la adjudicación del operador del metro de Quito, cuya primera línea está previsto que comience a funcionar en el último trimestre de 2022.
Metro de Quito, la empresa metropolitana a cargo de este sistema de transporte, informó en un comunicado de que se encuentra en conversaciones con diferentes compañías operadoras ferroviarias internacionales, así como en contacto con sus respectivas embajadas en Ecuador.
Entre las firmas que han visitado las instalaciones de Metro de Quito y han mantenido reuniones con sus dirigentes están dos empresas públicas españolas: Renfe, la empresa ferroviaria más grande de España, y TMB, operadora del Metro de Barcelona.
Asimismo, han mostrado interés la ítalo-nipona Hitachi (T:6501) Rail STS, las francesas RATP DEV, Transdev y Keolis, y la alemana Deustsche Bahn.
También ha habido visitas a la capital ecuatoriana de los representantes de la Empresa de Transporte de Pasajeros Metro, de Chile; del Metro de Medellín (Colombia), de la Compañía del Metropolitano de Sao Paulo (Brasil) y del Metro de Santo Domingo.
Todas estas empresas han mantenido reuniones con el gerente general de Metro de Quito, Efraín Bastidas, así como con los delegados de las gerencias de operaciones y de equipos e instalaciones, a fin de compartir experiencias y profundizar acerca de los aspectos técnicos, jurídicos y administrativos para presentar ofertas.
El metro de Quito, cuya construcción comenzó en 2013, será el primero de Ecuador y recorrerá la capital del país andino de norte a sur a lo largo de un recorrido de 22,6 kilómetros, donde hay construidas 15 estaciones en las que pararán una flota de 18 trenes, que se encuentran en la fase final de las pruebas de integración.
La obra, realizada por la española Acciona (MC:ANA) en un tiempo récord tras una inversión pública que supera los 2.000 millones de dólares, está pendiente de la entrega final a la espera de que el Municipio quiteño resuelva cómo gestionarla, tras varios intentos infructuosos.