Madrid, 10 may (.).- El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, ha advertido este lunes de que si no se aplican ajustes la deuda pública, que actualmente se sitúa en máximos históricos por encima del 120 % del PIB, "seguiría creciendo en los próximos años".
Durante su intervención en la jornada "Inflación, deuda y negocio financiero: ¿cambio de paradigma?" organizada por Funcas, Arce ha señalado que el elevado endeudamiento actual conlleva "riesgos", sobre todo si se produce un aumento de los tipos de interés reales.
Entre estos riesgos figura una "contracción" del margen fiscal para afrontar posibles futuras crisis, por lo que ha abogado por emprender un proceso de consolidación de las cuentas "cuando la crisis haya sido superada".
Entre estas palancas, figura la necesidad de registrar superávit primario de manera recurrente, mantener lo más baja posible la brecha entre los tipos de interés y el crecimiento económico, lograr una inflación estable y moderada o consolidar la "credibilidad" de las políticas nacionales.
De no llevarse a cabo "ningún tipo de ajuste", ha señalado, la deuda continuaría al alza, mientras que si se aplica una corrección en línea con la establecida en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento -medio punto de déficit estructural al año- la deuda volvería al nivel previo a la pandemia en 2035, una reducción que se vería "favorecida" por reformas estructurales.
Arce ha insistido que a corto plazo es necesario mantener una política fiscal expansiva, centrada en los sectores que más están acusando la crisis pero sin entorpecer la "reasignación" de trabajadores y empresas conforme a la nueva situación.
Una retirada "prematura" de los estímulos tendría "más costes que beneficios" en términos de pérdida de empleo y cierre de empresas, que podría llegar incluso a afectar al sector financiero, ha añadido.
INFLACIÓN
Arce ha señalado que el repunte de la inflación de los últimos meses será probablemente "transitorio" y relacionado con la bajada de precios de 2020, que es el año de comparación, aunque un eventual repunte de la inflación "no tiene por qué ser negativo" tras años de precios bajos en la zona euro.
A pesar de ello, ha admitido que hay elementos que podrían impulsar la inflación, como el ahorro acumulado por las familias durante la pandemia o la escasez de determinadas materias primas y bienes intermedios.