Patricia Souza
Tokio, 28 ago (EFE).- A dos días de las elecciones generales, el
desempleo se situó en Japón en el 5,7 por ciento, su mayor índice
desde el final de la II Guerra Mundial, lo que pone en riesgo la
incipiente recuperación de la segunda economía del mundo.
El Gobierno japonés divulgó hoy tres indicadores muy negativos
correspondientes al mes de julio: 1,03 millones de parados más que
el año anterior, deflación récord del 2,2 por ciento y contracción
del consumo de los hogares de un 2 por ciento.
Más de 104 millones de japoneses están llamados a las urnas este
domingo 30 en unas elecciones que, según todas las encuestas,
despojarán al PLD, el partido favorecido por el tejido empresarial
nipón, de un poder que ha ocupado durante 54 años.
La situación económica es una de las claves de la respuesta de
los votantes, que por lo general tienen más en cuenta datos que les
afectan directamente, como el desempleo, que el crecimiento del
Producto Interior Bruto (PIB).
La economía nipona acaba de salir de una recesión que se prolongó
doce meses, con un incremento del 3,7 por ciento de su PIB entre
abril y junio, pero si persisten el aumento del paro, la caída del
consumo y la deflación, la recuperación podría no ser sostenible.
En julio, el número de desempleados se situó en 3,59 millones en
Japón, 1,03 millones más que en el mismo mes del año anterior, un
incremento nunca visto, informó hoy el Ministerio de Interior.
De esa cantidad, además, 1,21 millones fueron trabajadores
despedidos, 650.000 más que en julio de 2008, lo que ahonda en la
evolución de Japón hacia una sociedad donde el empleo ya no es de
por vida, como hace unas décadas.
La tasa de desempleo fue en julio del 5,7 por ciento, tres
décimas más que en junio, y el porcentaje podría crecer al 6 por
ciento a final de año, según analistas citados por la agencia Kyodo.
Aunque baja en comparación con otros países industrializados como
los europeos, esa tasa de paro es la mayor en más de seis décadas
para Japón, que desde el 4,1 por ciento registrado en enero ha visto
cómo ha ido incrementándose el desempleo sin interrupción.
En los últimos meses han mejorado en Japón índices como las
exportaciones y la producción industrial, que afectan directamente a
las empresas, pero la incipiente recuperación de la economía no ha
llegado a los ciudadanos.
Ante la crisis mundial que ha retraído la demanda de sus
productos, gigantes empresariales nipones como Toyota o Sony han
recortado drásticamente empleo y producción en los últimos meses, lo
que les ha permitido deshacerse de parte de sus inventarios y
mejorar sus ventas en el exterior.
La producción industrial de Japón lleva cuatro meses de aumentos
consecutivos al igual que el dato de las exportaciones, frente a los
fuertes descensos récord experimentados desde finales de 2008 hasta
febrero de este año.
Pero, aunque parece que las grandes corporaciones se han
beneficiado de los planes de estímulo millonarios aprobados por el
primer ministro, Taro Aso, para combatir la crisis, otros datos
parecen demostrar que los consumidores siguen resintiéndose.
Frente al mismo período del año anterior, el consumo de los
hogares japoneses se contrajo en julio un 2 por ciento, su primer
descenso en tres meses, hasta suponer una media de 285.078 yenes
(unos 2.122 euros), informó también hoy el Gobierno.
El consumo interno supone en Japón el 55 por ciento del Producto
Interior Bruto y durante años ha sido uno de puntos flacos de la
economía nipona.
Además, el Gobierno japonés dio hoy a conocer otro dato muy
negativo en julio frente al mismo mes del año anterior: caída del
2,2 del Índice de Precios al Consumo (IPC), el quinto descenso
consecutivo en este indicador.
La confirmación de la deflación es una mala noticia para la
economía japonesa, que durante gran parte de la década de los 90
arrastró una caída constante de los precios que lastró durante años
su recuperación. EFE