São Paulo, 4 abr (.).- La bolsa de São Paulo resistió en verde y cerró este jueves con una leve subida del 0,1 %, a pesar de las pérdidas que se anotaron varios de los grandes valores de la plaza brasileña, como la estatal Petrobras (NYSE:PBR), la minera Vale y el banco Itaú.
El Ibovespa, índice de referencia del parque paulista, acabó la jornada con 127.427 puntos básicos y volvió a las ganancias después de haberse dejado un 0,18 % el miércoles.
En el mercado de divisas, el dólar estadounidense se apreció un 0,19 % y cerró cotizado a 5,049 reales para la compra y 5,050 reales para la venta en el tipo de cambio comercial brasileño.
La bolsa brasileña evitó el contagio de los malos resultados de Wall Street, que registró pérdidas por encima del 1 % en sus principales indicadores, pero continúa sin carburar los motores en este cuarto mes de 2024.
Los operadores financieros tienen en el radar la situación de la petrolera Petrobras, controlada por el Estado brasileño, pero con acciones negociadas en São Paulo, Nueva York y Madrid.
Por un lado, la prensa especula con la posible salida del presidente de Petrobras, Jean Paul Prates, en medio de roces con algunos ministros del Gobierno brasileño.
Por otro, los agentes de bolsa han recobrado la esperanza de que el Ejecutivo dé luz verde a la distribución de al menos una parte de los dividendos extraordinarios referentes a 2023.
En este contexto, los títulos preferentes de Petrobras cedieron un 1,4 %, mientras que los ordinarios bajaron un 0,5 %.
También retrocedieron Vale, uno de los mayores exportadores y productores de hierro del mundo, e Itaú, el banco más grande de Brasil, al dejarse un 1,1 % y un 1,3 %, respectivamente.
No obstante, las mayores pérdidas se las anotaron la cadena minorista Casas Bahia (-4,4 %), el grupo textil Arezzo (-2,9 %) y los supermercados Pão de Açúcar (-2,5 %).
Por el contrario, subieron con fuerza las acciones de los grandes almacenes Magazine Luiza (+4,7 %), la telefónica TIM (+3,2 %) y la agencia de viajes CVC Brasil (+2,6 %), entre otros.
El volumen negociado superó los 31.000 millones de reales (unos 5.700 millones de euros), en alrededor de 4,1 millones de operaciones.