Fráncfort (Alemania), 20 jul (EFE).- La agencia de calificación
de riesgo Moody's considera que la ley alemana para la creación de
bancos malos es un pequeño paso en la dirección correcta, que
presenta inconvenientes pero también beneficios.
Moody's informó hoy de que la ley confirma la intención del
Gobierno alemán de proteger los intereses de los contribuyentes en
Alemania.
"Como resultado ofrece una solución que permite a los bancos
desprenderse de activos pero les deja responsables de pérdidas de
crédito futuras", según Moody's.
A comienzos de mes el Bundestag (Cámara baja del Parlamento
alemán) aprobó la ley que permitirá a los bancos sacar de sus
balances los activos tóxicos a través de la creación de un banco
malo "bad bank".
Los bancos privados, las cajas de ahorro y los bancos de los
Estados federados pueden crear bancos malos para depositar sus
activos tóxicos y liberarse de ellos.
La ley propone dos tipos de banco malo: uno es diseñado como un
vehículo de propósito especial (Special Purpose Vehicle -SPV- en
inglés-) que puede asumir productos de crédito estructurados, si
bien las posibles pérdidas futuras de esos productos se calculan y
deben ser pagadas, recordó Moody's.
La segunda alternativa es un vehículo de sector público (Public
Sector Vehicle -PSV- en inglés) en el que los bancos podrán
depositar productos de crédito estructurados y carteras con activos
no estratégicos, es decir que no forman parte de sus actividades
principales.
Si un banco público usa este vehículo, deberá ser garantizado por
los propietarios.
Moody's considera que la ley alemana de bancos malos es un paso
pequeño y cauteloso en la dirección correcta, pero para encontrar
una solución a los problemas de solvencia del sector bancario
germano hay que hacer mucho más.
Por ello, Moody's señala que los efectos de la ley en la
calificación de los bancos serán muy limitados.
El Gobierno alemán estudia la posibilidad de forzar a los bancos
a acogerse a las ayudas estatales ante el peligro de que el flujo
crediticio quede completamente paralizado en otoño, informa el
diario "Süddeutsche Zeitung" en su edición de hoy.
Hasta ahora, tanto la canciller alemana, Angela Merkel, como el
ministro de Finanzas, Peer Steinbrück, han rechazado categóricamente
esta opción, aplicada en EEUU y el Reino Unido, y han apostado por
un modelo voluntario. EFE