Bruselas, 21 abr (.).- Organizaciones de consumidores y ecologistas instaron este miércoles a la Comisión Europea (CE) que no ceda a la presión de la industria y mantenga el gas natural y la energía nuclear fuera de sus nuevos criterios para definir las actividades consideradas sostenibles en la UE, publicados hoy y que se revisarán después del verano.
En sus comunicados, la organización de consumidores europeos BEUC y las ecologistas WWF y European Climate Foundation señalaron que el aplazamiento de la clasificación de estas dos fuentes de energía, una considerada de transición (gas natural) y la otra controvertida en varios países (nuclear), no puede “ser vista como un compromiso” con los grupos de presión.
“Después de mucha controversia, la CE decidió aplazar una decisión sobre el gas y la nuclear para más adelante. Este era un paso necesario, (…) pero la Comisión se ha comprometido a revisar estas actividades tras el verano, lo que crea un serio riesgo de que se incluyan en la taxonomía verde a finales de año”, incidió WWF, que pidió a Bruselas que sea clara en excluir estas dos actividades de la clasificación.
BEUC, por su parte, advirtió de que el gas “será objeto de más debate e intensa presión por parte de la industria” y su directora general, Monique Goyens, recalcó que “las decisiones que se tomen ahora determinarán de forma directa si podremos cumplir con nuestros objetivos climáticos o no”.
Las organizaciones alertaron, además, de que los criterios finales para clasificar las actividades con energía forestal y de biomasa son mucho más débiles de lo que recogía un primer borrador y permitirían, según la European Climate Foundation, “que casi todos los tipos de explotación y quema forestal para la producción de energía se etiquetaran como verdes”.
WWF cree que los criterios incluidos por Bruselas en estas dos áreas “no tienen en cuenta los retos ambientales que afronta Europa” y lamentó la fuerte influencia que ha tenido la presión desde Finlandia y Suecia para este “catastrófico avance para el clima y la biodiversidad”.
También BEUC advirtió de que clasificar ciertas actividades como sostenibles podría tener un efecto engañoso en inversores que “inviertan contra su voluntad en empresas que están contribuyendo directamente al cambio climático” y penalizaría a sectores que están haciendo “un esfuerzo real para cumplir con el acuerdo de París”.
Estas organizaciones pidieron al Consejo y al Parlamento, instituciones que deben ahora confirmar la clasificación planteada por Bruselas, que rechacen la propuesta y obliguen a la CE a presentar nuevos criterios “totalmente alineados con las ambiciones del Pacto Verde Europeo”.
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