Por Brian Homewood
MOSCÚ (Reuters) - Tiene experiencia, mucho talento y no hay duda de su espíritu de lucha, pero a la selección de fútbol de Croacia, que el sábado se clasificó para las semifinales de un Mundial por segunda vez en su historia, todavía le falta algo.
Croacia se convirtió en el segundo equipo en avanzar por penaltis en dos rondas mundialistas consecutivas -algo que hasta ahora solamente había logrado Argentina en 1990-, al superar 4-3 a Rusia el sábado en los cuartos de final tras la victoria por la misma vía frente a Dinamarca en la instancia anterior.
Pero su actuación en esos partidos no puede ser catalogada como digna de un equipo con opciones a ganar el Mundial. Y tampoco hizo justicia a la formación croata, una de las selecciones con más talento en este Mundial.
Catorce miembros de su plantilla juegan en las cinco principales ligas de Europa -Inglaterra, España, Italia, Alemania y Francia-, incluidos Luka Modric y Mateo Kovacic en el Real Madrid, Ivan Rakitic en Barcelona y Mario Mandzukic en la Juventus (MI:JUVE).
Cuando Croacia ganó el Grupo D con tres victorias -incluyendo un histórico 3-0 sobre Argentina-, nadie dudaba que el equipo balcánico era uno de los grandes candidatos al título.
Pero ahora parece haber perdido su chispa, y en lugar de descansar en su juego de control y pases cortos ha tenido que apelar a la capacidad de recuperación del balón y al físico para superar a los oponentes menos dotados.
El entrenador Zlatko Dalic ciertamente mostró muchas intenciones audaces y ofensivas contra Rusia.
Modric y Rakitic se desplegaron en el centro del campo, sin cobertura defensiva, en una formación que incluyó a dos extremos como Ante Rebic e Ivan Perisic y dos delanteros centrales como Manduzkic y Andrej Kramaric. Pero las cosas no salieron como el seleccionador había planeado.
Los largos períodos de posesión de Croacia fueron en gran parte improductivos, sus jugadores casi nunca dieron el pase final con exactitud y el equipo fue sorprendido por el enfoque agresivo de Rusia de la primera parte del partido.
"Nos faltó gente en el centro del campo", reconoció Dalic tras el partido. "Solamente podíamos tirar pelotazos largos, y ese no es nuestro estilo de juego".
Pasar a la prórroga y a los penaltis significó quemar valiosas reservas de energía que podrían dejar al equipo balcánico en desventaja en la semifinal, cuando se medirá a una más descansada Inglaterra, que venció 2-0 a Suecia sin mayores problemas en el otro partido del día.
"Por momentos nos faltó energía: 240 minutos de fútbol en seis días pasan la factura", dijo Modric.
Pero lo bueno para Croacia es que, si todos los planes fallan, puede llegar a la tanda de penaltis confiando en que saldrá victoriosa.
"El partido contra Rusia es otra victoria de nuestro carácter. Tenemos nervios de acero", dijo Kramaric. "Mostramos cuán tranquilos y seguros de nosotros estamos. Quizás el partido no fue el más hermoso, pero no será olvidado".
(Escrito por Brian Homewood. Editado en español por Javier Leira)