Por Ian Chadband
(Reuters) - ¿Se acuerdan de Claudio Ranieri? Fue el hombre que escribió la página más romántica en la historia del fútbol al convertir en campeón inglés al Leicester City y que regresó del estadio del Sevilla el mes pasado pensando que era posible escribirla de nuevo en la Champions League.
El caso es que, si una semana es mucho tiempo en el fútbol, tres semanas entre la ida y la vuelta de los cuartos de final de la principal competición europea han resultado una eternidad durante la cual Ranieri se ha convertido en cosa del pasado.
A muchos en Leicester les duele que su héroe italiano ya no esté en el club y no tenga la oportunidad de llevarlos a los cuartos de final de la Champions en el encuentro del martes en el King Power Stadium.
Su lugar lo ocupará su ayudante Craig Shakespeare, que el domingo recibió oficialmente el encargo de entrenar al Leicester hasta el final de la temporada.
Tras perder 2-1 en campo del Sevilla en un partido difícil para los ingleses, con un gol de Jamie Vardy que ofrecía una tabla de salvación, Ranieri tenía la confianza de que el resultado podría ser un punto de inflexión en una temporada nefasta.
Y al italiano no le faltaba la razón. El día siguiente, los dueños tailandeses del Leicester le destituyeron y desde entonces la eliminatoria ha cambiado de aspecto.
Con el amanecer de la era shakespeariana, el Leicester ha encontrado una nueva fe con la que han ganado dos choques cruciales en la Premier League que lo han alejado de la zona de descenso.
BACHE DEL SEVILLA
Entre tanto, la emocionante candidatura del Sevilla al título de Liga español ha sufrido unos alarmantes contratiempos con dos empates tan deslucidos que sus exigentes aficionados les dedicaron pitos el sábado después de acabar 1-1 en casa con el humilde Leganés.
Este revés ha puesto nervioso al entrenador Jorge Sampaoli, que advirtió de que si no recuperaban la fluidez rápidamente se verían fuera de la Champions League.
En el resurgir del Leicester, con victorias por 3-1 frente al Liverpool y el Hull City, Sampaoli ha observado con preocupación cómo ha regresado el equipo triunfador y disciplinado de la temporada pasada.
"Si no mejoramos el martes, va a ser muy difícil", dijo el argentino, añadiendo que "va a costar mucho pasar".
Con todo, es también una oportunidad para el Sevilla, cinco veces campeón de la Europa League, de acercarse a su anhelado objetivo de demostrar que tienen la calidad suficiente para añadir un trofeo más sustancial a su vitrina.