SAN PETERSBURGO (Reuters) - El estilo de juego de la selección sueca de fútbol puede ser difícil de identificar a simple vista, pero el martes añadió a Suiza a una lista de víctimas que incluye a Holanda, Italia y Alemania en su camino hacia cuartos de final del Mundial.
Si los resultados de la eliminatoria, la repesca o la fase de grupos hubieran sido distintos, tal vez alguna de esas tres selecciones favoritas se estaría preparando para enfrentarse a Inglaterra por llegar a la semifinal el sábado.
Pero es el equipo de Janne Andersson el que hará el viaje a Samara, tras una victoria 1-0 en un duro duelo contra Suiza en San Petersburgo.
Los holandeses, terceros en Brasil hace cuatro años, quedaron fuera de la eliminatoria cuando Suecia los superó por diferencia de gol para situarse segunda en un grupo liderado por Francia.
En la repesca, los suecos quedaron emparejados con los italianos, cuatro veces campeones del mundo, a los que dejaron fuera del Mundial por primera vez desde 1958.
Alemania, el campeón defensor, esperaba estar en Samara el sábado pero terminó en la última posición del Grupo F en Rusia, una salida vergonzosa que pudo haber llegado antes si Suecia hubiera aguantado unos segundos más el empate en el encuentro que los enfrentó en Sochi.
El martes, Suecia demostró una vez más que una defensa sólida y un gran esfuerzo colectivo pueden ser muy efectivos, incluso en las etapas eliminatorias de una Copa del Mundo.
Desde luego ayudó el hecho de que Suiza mostró poco desde el principio, pero a ningún equipo le va a resultar fácil vencer a los suecos.
Con una formación tradicional de 4-4-2, ceden fácilmente el balón -Suiza tuvo un 63 por ciento de posesión el martes-, confiados en que trabajarán de manera incansable por recuperarlo.
En cuanto a su técnica de ataque, carecen de la ventaja que tuvieron con Zlatan Ibrahimovic pero son grandes y fuertes, y lanzan constantemente balones al área hasta que alguno toque la red.
En San Petersburgo, el tanto llegó con un poco de suerte cuando un remate de Emil Forsberg desde el borde del área se desvió en el defensa Manuel Akanji y terminó en la red.
Hordas de casacas amarillas en las gradas lo celebraron como si hubiera sido un gol de Ibrahimovic y tanto a la afición como a Andersson no les importó lo que otros pensaran sobre la forma de jugar de su equipo.
"Sabemos que somos un buen equipo, nos hemos ganado nuestro éxito, sabemos cómo hemos llegado hasta aquí", dijo el seleccionador en una rueda de prensa posterior al partido.
"Lo que otros equipos y países piensen sobre eso... tendrás que preguntarles a ellos".