"A primera vista, los datos han sido sólidos, si tenemos en cuenta la proporción y la magnitud de las ganancias. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esto se debe en gran medida a las expectativas tan reducidas con las que se inició este periodo. Los resultados y los mensajes dispares de las empresas también deberían moderar el entusiasmo", considera este experto.
Según su valoración, hasta el 80% de las empresas cotizadas del S&P 500 superó las expectativas y "la mayor parte de los equipos directivos de las empresas encontraron motivos para ser optimistas, aunque también anticiparon que se avecinan tiempos difíciles".