La casi desaparición de las tensiones en la cadena de producción y a las fuertes caídas de los precios de la energía y los alimentos, entre otros, ha provocado que la inflación comience a dar signos de moderación a ambos lados del atlántico.
"La tendencia es algo frágil, ya que la desinflación sigue dependiendo de los precios de las materias primas, tradicionalmente volátiles, pero la caída de las expectativas de inflación entre los hogares y las empresas está proporcionando una base más firme", han afirmado en EdRAM.