Una certeza se vislumbra, según valora Clément Inbona, gestor de fondos de La Financière de l’Echiquier (LFDE). El próximo presidente deberá enfrentarse a un contexto económico notablemente diferente al de los dos mandatos anteriores.
Excluyendo el paréntesis de 2020 y la recesión provocada por el Covid-19, las dos últimas presidencias han experimentado un sólido crecimiento económico, bajos tipos de interés y prácticamente pleno empleo. Sin embargo, esto ha venido acompañado de un elevado déficit, con una deuda proyectada alrededor del 125 % del PIB para finales de 2024, según el FMI.