"Desde una perspectiva económica más amplia, parece claro que estamos experimentando un cambio de régimen: de un periodo de estabilidad dirigido por los bancos centrales a una era de mayor volatilidad y divergencia económica entre países, lo que debería fomentar una mayor diferenciación de los precios de los activos y oportunidades de inversión potencialmente atractivas", explica Natasha Brook-Walters, codirectora de estrategia de inversión en Wellington Management.
En medio de este escenario, desde la firma señalan que hay tres puntos clave que los gestores de fondos deben tener en cuenta a la hora de apostar por la renta variable emergente: la gestión activa, la construcción de una cartera de activos de mercados emergentes y las estrategias temáticas.