Lisboa, 7 dic (.).- El Gobierno del portugués António Costa celebró este jueves su último Consejo de Ministros, en el que aprobó medidas para lanzar la alta velocidad ferroviaria y ejecutar inversiones en el aeropuerto de Lisboa, antes de entrar en funciones a la espera de las elecciones del 10 de marzo.
El Consejo de Ministros realizó su última reunión horas antes de que el presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, formalice el cese del Ejecutivo, justo un mes después de la dimisión de Costa tras saberse investigado en un caso de irregularidades en negocios de litio e hidrógeno.
El jefe del Gobierno socialista no estuvo presente en la rueda de prensa posterior, que dirigió, como es habitual, su 'número dos', la ministra de Presidencia, Mariana Vieira da Silva.
Antes de entrar en funciones y tener poco margen de maniobra, el Ejecutivo aprobó varias medidas que considera urgentes, como una resolución para proteger la futura línea de alta velocidad entre Oporto y Lisboa.
La norma establece que para todas las alteraciones en el uso del suelo de los terrenos afectados por la línea ferroviaria, como urbanización o tala de árboles, es necesaria una evaluación previa vinculante de la empresa pública Infraestructuras de Portugal.
La nueva línea "es el proyecto ferroviario de infraestructuras y de inversión pública más importante de la primera mitad del siglo XXI en Portugal", defendió en la rueda de prensa el secretario de Estado de Infraestructuras, Frederico Francisco.
El concurso para la primera fase, la mitad norte de la línea, será lanzado en 2024 y las operaciones en este tramo podrían comenzar a finales de 2028.
Con esa primera fase se conseguirá reducir el tiempo de viaje entre las dos principales ciudades del país de las actuales casi tres horas a menos de dos.
La intención es ampliar la línea de alta velocidad desde Oporto hacia el norte, para conectar con Vigo, en la región española de Galicia.
"Sigue siendo viable avanzar con esa conexión durante esta década", aseguró el secretario de Estado.
El Consejo de Ministros también aprobó una resolución para obligar a la gestora ANA (TYO:9202) -propiedad de los franceses Vinci- a ejecutar inversiones y obras de mejora en el aeropuerto de Lisboa.
Francisco explicó que las inversiones de ANA han sido inferiores a las que estaban previstas en el contrato de concesión y que son necesarias obras de mejora para mitigar las limitaciones del aeropuerto, que ya está saturado.
En paralelo a estas obras, está en marcha un proceso para construir un nuevo aeropuerto para la capital y esta semana una comisión de expertos presentó un informe preliminar sobre las mejores localizaciones para esta infraestructura.
La alternativa más viable, según esta comisión, es construirlo en el Campo de Tiro de Alcochete, a casi 40 kilómetros de la capital, y mantener durante los primeros años abierto el actual aeropuerto hasta que el nuevo pueda asumir todas las operaciones.
Esta solución exigiría una inversión de unos 8.000 millones de euros, con al menos siete años para construir la primera pista.
El Gobierno también aprobó un refuerzo de las contrataciones en la entidad que controla la ejecución de los fondos del Plan de Recuperación y Resiliencia (PRR), que pasará de 60 a 75 empleados.
La aprobación de medidas para garantizar la ejecución del PRR fue una de las razones defendidas por el presidente luso para aplazar el cese formal del Gobierno.