María M.Mur
Santiago de Chile, 17 nov (.).- Chile y la Unión Europea (UE) conmemoran este viernes veinte años de la firma de su Acuerdo de Asociación, un tratado que trajo "amplios" beneficios para ambas partes -según expertos- y cuya modernización se ratificará previsiblemente antes de que acabe el año.
En una histórica ceremonia en Bruselas el 18 de noviembre de 2002, Chile y la UE suscribieron el que entonces estaba considerado uno de los convenios bilaterales más extensos, profundos y modernos y que representó un hito en las relaciones económicas internacionales de ambas partes.
"Hay evidentes beneficios, pues no se trata solo de un tratado de libre comercio, sino de un acuerdo amplio que integra elementos políticos y de defensa de derechos humanos", explicó a Efe Raúl Allard, director del Magíster en Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de Valparaíso.
Allard, quien fue director de Aduanas cuando entró en vigor el acuerdo, apuntó que "el comercio se ha incrementado sustantivamente desde entonces, aún con los altibajos de la Gran Recesión, y también se han diversificado los productos y aumentado las empresas que exportan".
SOCIOS DE LARGA DATA
La UE es el primer inversor extranjero en Chile y su tercer socio comercial.
El intercambio entre ambos alcanzó en 2020 un valor de 13.400 millones de euros y, según cifras el Banco Central, el stock de inversión extranjera directa (IED) de la UE en Chile llegó en 2019 a 89.800 millones de euros, el 36 % del total instalada.
"El acuerdo ha supuesto la apertura para Chile de un mercado inmenso, de 27 países, sobre todo para sus productos agroindustriales y vitivinícola", afirmó a Efe Pablo Peña, economista Universidad Estatal de O'Higgins.
El único inconveniente, apuntó, es que "al bajar aranceles aumenta la competencia para los productores nacionales y esto genera cierta una especialización productiva, pero en el neto, el agregado, el acuerdo ha tenido muchos mas beneficios que desventajas".
La UE importa desde Chile productos agrícolas (25 %), productos mineros (22 %) y metales básicos (19 %), mientras que las exportaciones europeas hacia Chile consisten principalmente en productos industriales como maquinarias (35 %), productos manufacturados como químicos (18 %) y equipos de transporte (12 %).
¿INMINENTE MODERNIZACIÓN?
En noviembre de 2021, el Gobierno del expresidente Sebastián Piñera (conservador) dio por finalizadas las negociaciones con el bloque europeo para modernizar el acuerdo, que necesita ser ratificado por ambas partes para entrar en vigor.
A finales del pasado abril, cuando el presidente Gabriel Boric llevaba poco más de un mes en el poder, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, visitó Chile con la intención de cerrar la actualización del acuerdo, pero el nuevo Gobierno le pidió tiempo para revisarlo.
"Espero que su reconsideración no signifique reabrir las negociaciones", dijo entonces Borrell, quien aseguró que el acuerdo será el "más completo y más moderno" que la UE tenga con ningún otro país, pues incluye aspectos sobre igualdad género y cambio climático.
Estaba previsto que la modernización se ratificase este mismo viernes, pero el anuncio se ha ido postergando, aunque Boric reconoció hace un mes que la voluntad de su Gobierno es que esté ratificado "este año".
"El presidente de Chile ha expresado su voluntad de firmarlo y está dentro del plazo que han informado las autoridades chilenas. La demora debe responder a la revisión de aspectos técnicos", subrayó Alejandra Márquez, de la Universidad de Talca.
Para Allard, "la pandemia, los grandes cambios en tecnología y comunicaciones y la guerra en el centro de Europa justifican una modernización".
"En un mundo en que se aprecia una rivalidad económica entre EE.UU. y China, una amistad bien consolidada con la Unión Europea amplía las opciones de Chile en política exterior", añadió.
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