LONDRES - Citi está a punto de iniciar otra fase de su programa de reestructuración, conocido internamente como la iniciativa Bora Bora, con recortes de plantilla previstos en su oficina de Canary Wharf. La medida, que forma parte de la estrategia de la consejera delegada, Jane Fraser, para racionalizar las operaciones, se dirige a puestos directivos de hasta cuatro niveles por debajo del suyo. Las personas con información privilegiada han expresado su preocupación por los posibles despidos y el exceso de niveles directivos, lo que supone un periodo de incertidumbre para el personal del banco.
El proceso de reestructuración se produce después de que Citi se haya enfrentado a críticas internas por la escasa inversión en su negocio fundacional de bonos con grado de inversión. A pesar de ello, algunas áreas del banco podrían verse menos afectadas por los recortes de plantilla. Se espera que los directores generales de Debt Capital Markets (DCM) se enfrenten a menos despidos, impulsados por unas previsiones de ingresos positivas atribuidas a la adaptación de las empresas a unos tipos de interés altos y sostenidos y a una mayor actividad en los mercados de deuda.
El sector de tesorería y soluciones comerciales se destaca como un área clave de fortaleza para Citi, con fuertes aumentos de ingresos. Los resultados de este sector están en consonancia con el objetivo general de Fraser de aumentar los ingresos gestionando al mismo tiempo los gastos con rigor.
Además, las funciones de front office, como los estrategas macroeconómicos, han experimentado recortes tras siete trimestres de cambios de tipos. Estas reducciones se producen a pesar de las expectativas previas de que estos puestos estarían asegurados en medio de la fluctuación de los mercados financieros.
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