Murcia, 3 abr (.).- El director general de Transformación Industrial y Economía Circular de Repsol (BME:REP), Juan Abascal, ha anunciado este miércoles mediante un comunicado de prensa que su planta en Cartagena con capacidad para fabricar 250.000 toneladas anuales de combustibles renovables ha comenzado la producción a gran escala.
Se trata de la primera de la Península dedicada en exclusiva a la producción de combustibles renovables y en la que se han invertido 250 millones de euros. A la nueva planta de Cartagena, cuya producción de combustibles renovables representa un 5 % de su producción total de diésel o un 17 % de su producción de queroseno, se sumará en 2025 una segunda en Puertollano.
La citada planta puede producir diésel renovable y combustibles sostenibles de aviación (SAF, por sus siglas en inglés), que se pueden utilizar en cualquier medio de transporte. El combustible renovable se produce a partir de residuos orgánicos, como el aceite de cocina usado o residuos agroalimentarios, dando una segunda vida a este tipo de materiales.
En el abastecimiento a la nueva planta se procesarán 300.000 toneladas anuales de residuos orgánicos, como el aceite de cocina usado, entre otros, priorizando el origen nacional y europeo.
En la actualidad, Repsol suministra combustible 100 % renovable en más de 140 ubicaciones en las principales ciudades y corredores de transporte de España y Portugal. El objetivo de la compañía es llegar a 600 a finales de este año y a 1.900 en 2027.
Repsol tiene como objetivo alcanzar una capacidad total de producción de combustibles renovables, incluyendo hidrógeno renovable y biometano, de entre 1,5 y 1,7 millones de toneladas en 2027 y hasta 2,7 millones en 2030, y liderar el mercado de este tipo de combustibles en la Península Ibérica, añade la fuente.
El Plan Estratégico de Repsol para el periodo 2024-2027 contempla inversiones de hasta 6.800 millones de euros en los ne-gocios industriales de la compañía, de los cuales un 44 % se dedicará exclusivamente a proyectos bajos en carbono, condicionados a la evolución del marco regulatorio y fiscal en España, que incluyen iniciativas de combustibles renovables, biometano e hidrógeno renovable y gasificación de residuos, entre otros.