París, 6 abr (.).- El entorno y el Gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron, han querido replicar a los sindicatos que hablan de crisis democrática por su gestión de la reforma de las pensiones, y rechazan esas alegaciones que, en su opinión, intentan quitar legitimidad a ese proyecto que contestan en la calle.
"No estamos en una crisis democrática", subrayó este jueves el portavoz del Gobierno, Olivier Véran, que en una entrevista a la emisora de radio France Inter dijo que no está de acuerdo con las afirmaciones del secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT, primer sindicato del país), Laurent Berger.
Véran insistió en que el Ejecutivo ha "respetado el camino legal" para la aprobación de la reforma de las pensiones, que prevé retrasar la edad de jubilación de los 62 años actualmente a 64.
Destacó que su polémica adopción sin someterlo al voto de los diputados porque no había mayoría suficiente en la Asamblea Nacional, amparándose en un dispositivo que se ha utilizado decenas de veces en el pasado, "es constitucional".
Berger reiteró hoy, en otra entrevista a la emisora RTL (H:RRTL) sus palabras de ayer que han generado la polémica, en el sentido de que Francia vive una "crisis social" y una "crisis democrática" y que la solución la tiene Macron retirando esa reforma.
Unas palabras que habían generado ya una reacción del entorno de Macron, que se encuentra en visita oficial en China, y que explicó que "cuando un presidente con una mayoría elegida, aunque sea relativa, trata de sacar adelante un proyecto defendido democráticamente, a eso no se le llama una crisis democrática".
Esta polémica se desarrollado tras el previsible fracaso de la reunión ayer entre la primera ministra, Élisabeth Borne, y los sindicatos, que de antemano ya habían advertido de que no aceptarían ponerse a negociar otras cuestiones porque su único objetivo acudiendo a esa cita era reclamar de nuevo la retirada de la reforma de las pensiones.
Véran se esforzó en ver el lado positivo de ese encuentro señalando que "no estamos de acuerdo, pero hablamos", y sugirió que la postura beligerante de los sindicatos es una forma de mantener la presión en espera del dictamen sobre la ley de las pensiones del Consejo Constitucional el próximo 14 de abril, que decidirá si la valida total o parcialmente o si la invalida.
Los sindicatos han convocado hoy su undécima jornada nacional de movilización, con huelgas y manifestaciones, contra la reforma, en un contexto enrarecido social y políticamente.
El portavoz del Gobierno eludió responder directamente a una pregunta sobre el sondeo publicado ayer que señala que en unas hipotéticas elecciones presidenciales en que Macron se presentara de nuevo, sería derrotado en la segunda vuelta por la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen.
Véran subrayó que constitucionalmente Macron no puede volver a presentarse, puesto que ha sido elegido dos mandatos seguidos, por lo tanto esa hipótesis no tiene sentido.
Y en cuanto a otras encuestas que predicen un fuerte aumento del partido de Le Pen, la Agrupación Nacional (RN), que se convertiría en el primero del país, consideró que "la extrema derecha está alta porque no dice nada" y no tiene una posición clara sobre las pensiones.
"El inmovilismo -añadió- tal vez es rentable a corto plazo, pero así no se ganan nunca las elecciones".