Madrid, 29 jun (.).- Ezentis (BME:EZEN) realizará los trámites necesarios para que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) autorice la cotización de las acciones tras una junta de accionistas, en la que el presidente de la compañía, Enrique Sánchez de León, ha anunciado su renuncia y la de otros dos consejeros.
En la junta, con carácter ordinario, que se ha celebrado sin intervenciones de accionistas y en la que todos los puntos han sido aprobados por mayoría, Sánchez de León ha desvelado en su discurso que los otros dos consejeros que renuncian al cargo son Pedro Azcárate y Eduard Romeu.
El presidente saliente ha anunciado también que próximamente se procederá a ejecutar la reducción del capital social del grupo previsto, con el fin de compensar pérdidas de ejercicios anteriores y lo hará en 139 millones de euros, mediante la reducción del valor nominal de las acciones.
Las acciones pasarán de cotizar 0,30 euros a 0,00013, mientras que el capital social resultante será de 60.000 euros.
Una vez que se apruebe esta reducción de capital, se realizarán los trámites para volver a cotizar en bolsa, ha adelantado en su discurso pronunciado antes de la votación de la junta, en la que se han aprobado todos los puntos del orden del día. Ezentis suspendió su cotización el pasado diciembre.
Entre estos puntos aprobados, figuran el nombramiento como consejero ejecutivo de Carlos Revenga, director general del grupo Amper (BME:APE) hasta marzo, así como la incorporación de tres consejeros independientes: Juan Antonio Alcaraz, quien fuera director de CaixaBank (BME:CABK) y director general del Banco Sabadell (BME:SABE), entre otros; Santiago Torres, y Ana María Tejeda.
En la junta quedó fijado el número de consejeros en cinco y será un próximo consejo de administración el que se encargará de elegir al presidente de este órgano, además del resto de cargos y miembros de las comisiones correspondientes, han explicado a EFE fuentes de la compañía.
Esta junta de hoy se celebró después de otra extraordinaria que tuvo lugar en abril en la que se aprobó el plan de reestructuración del grupo, por el que se proponía una quita del 80 % de los 167 millones de euros de deuda y una reducción de capital en 139 millones.
El presidente saliente ha destacado la normalidad y la serenidad con que se está llevando a cabo el proceso de adecuación de la plantilla a la nuevas necesidades del negocio, que ha ido prescindiendo de los contratos no rentables y ha ido cerrando en consecuencia sus filiales en Latinoamérica y Alemania, todo ello "sin ruido y en la más absoluta paz social".