Barakaldo (Bizkaia), 15 jun (.).- La consejera vasca de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, ha insistido este miércoles en el planteamiento del Gobierno del País Vasco de tener presencia en el Consejo de Administración de ITP Aero si entra en el accionariado de la compañía con un 1 por ciento del capital.
En declaraciones a los periodistas en la Bienal de Máquina Herramienta, Tapia ha afirmado que "todavía estamos a tiempo de llegar a un acuerdo" para que, a través del fondo Finkatuz, el Gobierno vasco entre en el accionariado de ITP Aero.
La empresa fue vendida por Rolls Royce (LON:RR) al fondo internacional Bain por 1.700 millones de euros, pero la operación necesita la aprobación del Gobierno de España por ser un empresa con intereses en Defensa (fabrica el motor del actual y el futuro caza europeo, y lleva el mantenimiento de las aeronaves del Ejército).
Actualmente, junto a Bain están comprometidas JB Capital (con el 10 %) y la guipuzcoana SAPA Placencia (5 %), y el Gobierno central quiere que otro 15 por ciento del capital esté en manos de empresas e instituciones españolas, posiblemente con Indra (BME:IDR) (en la que el Estado es el primer accionista y en la que SAPA ya se ha hecho con un 5 %) y el Gobierno Vasco.
Tapia ha defendido que el precio a pagar por el 1 % de ITP Aero "está clarísimo" y "no hay mucho debate" sobre este punto a partir de la venta del 100 % de la compañía por 1.700 millones, o sea, 17 millones por el 1 por ciento de las acciones.
En cuanto a la exigencia de formar parte del Consejo, ha considerado que son unas "condiciones lógicas que cualquier gobierno pone encima de la mesa" en una operación de este tipo.
Además, ha recordado que, desde septiembre del pasado año, el Ejecutivo vasco dejó claro sus "condicionantes" para entrar en ITP Aero: garantizar el arraigo de la compañía en el País Vasco, defender a los proveedores locales y que el desarrollo tecnológico de ITP se haga en la comunidad autónoma.
Tapia ha comentado que este tipo de negociaciones son "complejas" y que tras muchas conversaciones "se suelen acelerar hacia el final", cuando se apuran los plazos.