Los economistas de Goldman Sachs (NYSE:GS) han expresado su convencimiento de que el uso generalizado de la tecnología de IA generativa dará lugar a un importante crecimiento económico.
Basándose en sus cálculos iniciales, el banco prevé un aumento total del 15% en la eficiencia laboral y la producción económica global de EE.UU., a condición de que la cantidad de capital disponible crezca en consonancia con el aumento de las capacidades laborales resultante de la adopción generalizada de la tecnología de IA.
Por otra parte, un estudio del economista del MIT Daron Acemoglu sugiere un impacto más moderado, prediciendo sólo un aumento del 0,7% de la productividad global en todos los factores y un crecimiento del 1,1% de la producción económica.
Los economistas del banco explican que las diferencias entre sus predicciones y las de Acemoglu se deben a las distintas expectativas sobre el alcance de la automatización de puestos de trabajo por la IA y las posibilidades de que los trabajadores pasen a desempeñar nuevas funciones.
Goldman Sachs prevé que la IA generativa acabará automatizando el 25% de todas las tareas laborales, en contraste con la estimación de Acemoglu del 4,6%. Esta significativa diferencia se debe principalmente a que Acemoglu considera que sólo el 19,9% de las tareas son susceptibles de ser automatizadas y, de ellas, sólo el 23% son económicamente viables en los próximos diez años. Además, Acemoglu no tiene en cuenta la posibilidad de que los trabajadores cambien de empleo ni la aparición de nuevas tareas, factores que Goldman Sachs sí tiene en cuenta en sus proyecciones.
"Estos distintos puntos de partida explican más del 80% de la diferencia entre nuestras proyecciones, y el resto se debe a variaciones menores en las expectativas sobre la reducción de costes y la productividad de los trabajadores que no son sustituidos por máquinas", señala Goldman Sachs.
"Coincidimos en gran medida con la perspectiva de Acemoglu de que la automatización de muchas tareas que potencialmente podría realizar la IA no está justificada económicamente en la actualidad y podría no llegar a estarlo en la próxima década", reconocieron los economistas del banco.
No obstante, los economistas subrayaron la probabilidad de que el potencial de reducción de costes y el rápido descenso del precio de la tecnología acaben conduciendo a una mayor implantación y automatización a medida que pase el tiempo.
Goldman Sachs cuestiona el rechazo de Acemoglu a la importancia de la transición de los trabajadores a nuevas funciones y la creación de nuevas tareas laborales. Sostienen que la evidencia histórica indica que la redistribución de recursos debida a la tecnología y la ampliación de las capacidades de producción son los principales motores del avance económico.
"Esperamos que la IA mejore la producción tanto estimulando la demanda en sectores en los que la mano de obra humana es más eficaz como abriendo nuevas posibilidades que antes no eran alcanzables debido a limitaciones tecnológicas o financieras", afirman los economistas.
En consecuencia, consideran que las perspectivas menos positivas de Acemoglu son un reconocimiento de cuestiones importantes, que sugieren que los efectos macroeconómicos sustanciales de la IA generativa no se producirán inmediatamente "y podrían desarrollarse más gradualmente de lo que muchos esperan".
Este artículo ha sido creado y traducido con la ayuda de AI y examinado por un editor. Para más información, consulte nuestros Términos y Condiciones.