Clayton (Carolina del Norte, EE.UU.), 18 abr (.).- La farmacéutica española Grifols (BME:GRLS) celebra este jueves el 50 aniversario de la creación del que ahora es su buque insignia: la planta de fabricación de medicamentos derivados del plasma en Clayton (Carolina del Norte, EE.UU.), un modelo que ahora trata de reproducir.
El centro abrió sus puertas en 1974 de la mano de Cutter Laboratories y tuvo varios nombres antes de que Grifols se convirtiera en su titular en 2011 tras adquirir a su rival estadounidense, Talecris, una operación que situó a la española entre las tres primeras el mundo en el sector del plasma.
Grifols ha invertido desde entonces más de 1.000 millones de dólares en el que hoy es su mayor centro de fabricación: produce más de 14 millones de viales de medicamentos derivados de plasma al año, en torno al 40 % de su producción total, según indicó en un comunicado.
El nuevo consejero delegado, Nacho Abia, y el presidente ejecutivo, Thomas Glanzmann, participan hoy en el pistoletazo de salida de las celebraciones del aniversario, en las que varios directivos abordan su trayectoria y perspectivas ante un grupo de medios e instituciones.
Glanzmann, citado en la nota corporativa, describió las instalaciones de Clayton como "la joya de la corona de la compañía" y un "motor de producción de medicamentos innovadores y de prácticas de fabricación sostenibles" alimentado por una plantilla de más de 1.600 personas.
Por su parte, Abia, que se incorporó el primero de abril tomando las riendas ejecutivas que hasta ahora había llevado la familia Grifols, suscribió esas palabras y señaló que la compañía tiene "la vista puesta en el futuro y en todos los éxitos que están por venir".
Durante su tiempo como propietaria del centro, los ingresos de Grifols han pasado de 1.800 millones de euros a 6.600 millones. Un modelo para la demanda creciente
Grifols, en sus documentos de aniversario, apunta a la creciente demanda de medicamentos derivados del plasma tanto en la actualidad como en el futuro, entre otras cosas debido al diagnóstico más temprano y la cronificación de patologías tratables con hemoderivados.
Entre tanto, la empresa pone como "modelo" a la planta, una gran obra de ingeniería que usa robótica avanzada en todo el ciclo de producción de los medicamentos plasmáticos, desde el fraccionamiento hasta la purificación, el llenado y el envasado del producto final.
Según indicó, las innovaciones de Clayton se están reproduciendo actualmente en sus nuevos centros en Montreal (Canadá) y El Cairo (Egipto).
El complejo de Carolina del Norte ha multiplicado por diez su superficie desde su apertura en 1974, hasta las 283 hectáreas actuales, y es una de las plantas de fraccionamiento de plasma más grandes del mundo.
Aún así, el jefe industrial de Grifols, Daniel Fleta, resaltó esta mañana su potencial de crecimiento, reflejado en su plan de inversiones a 5 años, en previsión del acceso a más mercados y al aumento de productos, incluyendo dos proteínas que están en fase avanzada de ensayo clínico.
Con operaciones ininterrumpidas todo el año, la planta ha multiplicado su producción- por cuatro solo desde la llegada de Grifols- y hoy procesa 12 millones de litros de plasma anuales, lo que supone más de la mitad de la capacidad global de la empresa.
También ha pasado de producir solo albúmina a escala nacional en sus inicios hasta una cartera de productos que incluye inmunoglobulinas, alfa-1 antitripsina, proteínas especiales y factores de coagulación de la sangre para tratar a pacientes de todo el mundo.