Roma, 19 mar (.).- El ministro italiano de Desarrollo Económico, Giancarlo Giorgetti, y el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, consideraron hoy en Roma que la Unión Europea (UE) debe impulsar su economía para salir de la crisis de la COVID-19 y no quedarse rezagada, como está haciendo Estados Unidos.
"No es aceptable que Estados Unidos relance su economía y, en cambio, Europa se ralentice. Europa debe actuar con rapidez", afirmó Le Maire en una rueda de prensa conjunta, en referencia al paquete por valor de 1,9 billones de dólares aprobado recientemente por Washington.
Le Maire opinó que ya habrá tiempo de recortar las deudas públicas ensanchadas por los estímulos que los países europeos han aprobado para apoyar a sus economías penalizadas por la pandemia, pero que "el crecimiento es una prioridad absoluta" y se debe evitar cometer los mismos errores del pasado, cuando se quisieron realizar ajustes fiscales demasiado rápido.
El ministro francés viajó a Roma para mantener encuentros con Giorgetti y los ministros de Economía, Daniele Franco, y de Innovación, Vittorio Colao, sobre cuestiones como la cooperación industrial bilateral o las prioridades de la Presidencia italiana del G20.
Giorgetti, por su parte, dijo que con Le Maire habló de "los principales proyectos de importancia europea, incluidos los relacionados con el hidrógeno y las cuestiones aeroespaciales".
"Hemos profundizado en los temas aeroespaciales sobre los que ya existen colaboraciones y acordamos iniciar una estrecha colaboración italo-francesa que se extenderá a Alemania para entender cómo competir al mismo nivel y ambición en una frontera que es la del futuro", añadió.
Interrogados por si se plantean una entrada en el capital de la automovilística Stellantis, nacida de la fusión entre el grupo ítalo-estadounidense Fiat Chrysler (MI:STLA) (FCA) y el francés PSA (AS:RDSa), ambos rechazaron esta hipótesis por ser una empresa privada.
Antes de su fusión con PSA, FCA lo intentó con el grupo francés Renault (PA:RENA), cuyo mayor accionista es el Estado francés con el 15 % de los títulos, pero las conversaciones fracasaron por falta de entendimiento.