Lisboa, 10 may (.).- La aerolínea lusa TAP perdió 71,9 millones de euros en el primer trimestre de 2024, lo que supone un descenso interanual del 25,2 %, presionada por los gastos de personal, según informó este viernes en un comunicado.
El presidente de TAP, Luís Rodrigues, explicó en la nota que en estos tres primeros meses del año continuaron con el proceso de transformación estructural que necesitaba la compañía.
"La inversión en nuestras personas, incluyendo el fin de los recortes salariales, correcciones de la inflación elevada y nuevos acuerdos de empresa han tenido un impacto inmediato en los resultados, pero los beneficios continuarán materializándose a lo largo del tiempo", aseguró.
El ebitda fue de 70 millones de euros, el 38,6 % menos interanual.
Los ingresos operacionales fueron de 861,9 millones de euros -un aumento interanual del 3,1 %-, impulsados por el crecimiento en el segmento de pasajeros, donde los ingresos se incrementaron en 37,2 millones de euros (+5 %).
Los gastos fueron de 919 millones de euros, lo que supone un ascenso interanual del 7,8 %: subieron especialmente en el apartado de personal (+53 %), aumentando a 194,3 millones de euros.
La compañía explicó que el incremento de los gastos por el personal fue debido a los nuevos acuerdos de empresa y quedó compensado por la reducción de los costes de combustible en 23,6 millones de euros, el 8,5 % menos, debido al precio más bajo del carburante.
TAP indicó que en el primer trimestre el número de pasajeros transportados creció el 0,6 % interanual, llegando a 3,5 millones, aunque disminuyó en un 2 % la cifra de vuelos operados, con 27.000 partidas.
A fecha del 31 de marzo, el grupo presentaba una posición de liquidez fuerte de 1.133,4 millones de euros, un incremento de 344 millones frente a finales de 2023, tras la ejecución del segundo tramo de ampliación de capital por parte de los accionistas en enero de 2024, por valor 343 millones de euros.
La aerolínea subrayó que ese valor confirma su "gestión financiera disciplinada y prudente".
Rodrigues destacó que están centrados en "establecer TAP como una compañía rentable de forma sostenida y una de las más atractivas de la industria" para clientes, trabajadores y accionistas.
TAP es propiedad del Estado portugués, que tiene actualmente en sus manos el 100 % del capital tras aumentar su posición para salvarla después de los daños sufridos por la pandemia, y actualmente está bajo un plan de reestructuración.
A finales de septiembre pasado el entonces Gobierno del socialista António Costa aprobó un decreto ley para reprivatizar, al menos, el 51 %" de la aerolínea.
Sin embargo, un mes más tarde, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, vetó el decreto del Gobierno para la reprivatización y solicitó mayor transparencia en la intervención estatal y en la adquisición de activos.
El actual Ejecutivo del primer ministro de centroderecha, Luís Montenegro, tiene entre una de sus prioridades la privatización total de TAP, que cerró 2023 con un beneficio récord de 177,3 millones de euros y unos ingresos sin precedentes en su historia de más de 4.200 millones de euros.