Bucarest 19 dic (.).- La Bolsa de Valores de Bucarest (BET) cerró hoy con una caída del 11,2 % después de que el Gobierno socialdemócrata rumano anunciara un nuevo impuesto a la banca dentro de un amplio paquete de medidas fiscales.
El ministro de Finanzas, Eugen Teodorovici, anunció anoche un "impuesto sobre la avaricia" que se aplicaría a partir del 1 de enero si los intereses de las hipotecas superaban el 1,5 % la referencia del tipo interbancario a tres y seis meses en Rumanía.
Aunque Teodorovici no precisó de cuánto sería ese posible impuesto, sostuvo que el Estado podría recaudar unos 800 millones de euros adicionales al año con estas nuevas tasas, en las que también se incluyen otras sobre empresas de energía y telecomunicaciones
"La caída de la Bolsa es significativa porque (...) este impuesto que se quiere imponer reduciría los beneficios de las entidades financieras", declaró Horia Gusta, director general de SAI Certinvest, una sociedad de inversión que administra fondos, según recoge Agerpres.
Las acciones de los dos grandes bancos que cotizan en la BET, Banca Transilvania y BRD-Groupe Societe Generale (PA:SOGN) (BRD), fueron las más afectadas al perder un 19,9 % y un 16,6 % , respectivamente, mientras que las empresas energéticas OMV (VIE:OMVV) Petrom y Romgaz caían un 19,9 % y un 9 %.
El anuncio del nuevo impuesto afectó también a la Bolsa de Viena, con importantes caídas de bancos con intereses en Rumanía.
Erste (VIE:ERST) Group, que obtiene más del 8 % de sus ingresos del banco más grande de Rumania, Banca Comerciala Romana, cerró con una depreciación del 6,73 %.
Otra entidad financiera austríaca con intereses en Rumanía, Raiffeisen (VIE:RBIV), concluyó la jornada con un descenso del 4,62 %.
A las críticas de los inversionistas y parte de la oposición se ha sumado también el presidente conservador Klaus Iohannis, que demandó al Gobierno socialdemócrata dar marcha atrás a unas medidas que podrían "llevar a Rumanía al caos".
En los planes fiscales del Ejecutivo también se prevén medidas para limitar los precios del gas, nuevos impuestos sobre la facturación de empresas de energía y telecomunicaciones, y la posibilidad de que los rumanos puedan retirar su dinero de fondos de pensiones tras una contribución de cinco años.
Los analistas consideran que el Gobierno busca nuevos ingresos para cumplir su promesa de aumentar salarios y pensiones y bajar los impuestos.