Roma, 30 dic (.).- La Bolsa de Milán cerró este viernes un 2022 marcado por la guerra de Ucrania y las subidas de tipos de interés con un descenso anual de su principal indicador, el FTSE MIB, del 12 %, el peor dato desde 2018 y el segundo peor en una década.
También cayó la capitalización total de las empresas cotizadas en la Bolsa italiana hasta los 626.000 millones de euros, lo que supone un 33,9% del PIB de Italia, frente a los 757.000 millones de finales de 2021, es decir, el 43,1% del PIB, según los datos de fin de año facilitados por el parqué milanés.
El total de entradas por colocaciones ascendió a 1.450 millones, más nueve ampliaciones de capital por valor de 4.755 millones, mientras que las ofertas públicas de adquisición se mantuvieron estables en número (19 operaciones frente a 21 en 2021), pero disminuyeron en contravalor, al pasar de 6.900 a 2.900 millones.
El valor medio diario de las operaciones con acciones se mantuvo estable en 2.200 millones, mientras que el valor más negociado sigue siendo el del banco Intesa, con 62.000 millones (53.000 millones en 2021), en tanto que el número de empresas que cotizan en el mercado principal Euronext (EPA:ENX) descendió de 232 a 223, aunque el total pasó de 407 a 414.
A pesar de unos resultados a la baja, Piazza Affari -como se conoce al parqué milanés- se benefició este año de un nuevo marco de cotización, armonizado con otros índices internacionales, para simplificar el acceso a la financiación tanto para emisores locales como internacionales, explicó Euronext, que agrupa a los principales índices europeos.
Los bancos italianos fueron los valores que más sufrieron las consecuencias de la guerra de Ucrania, y también los primeros en recuperarse con el cambio de enfoque del Banco Central Europeo (BCE) sobre los tipos de interés.
La subida de tipos fue "una noticia positiva" para los bancos italianos, ya que típicamente son "comerciales" y, por tanto, "muy expuestos a los préstamos", según Luca Davi, especialista en finanzas y mercados del diario económico Il Sole 24 Ore.
"El temor de los banqueros, sin embargo, es que la subida de tipos no sea excesiva para no erosionar otras fuentes de ingresos, como la gestión de activos, y así no provocar un aumento de las pérdidas por créditos", añadió.
La cautela también se apoderó de los inversores en otro tipo de valores, aunque el experto consideró que con el paso de los meses "el clima ha mejorado gracias a la resistencia de la economía italiana".
Además de la guerra de Ucrania, la inestabilidad del euro -en caída frente al dólar- y los momentos más críticos para el aprovisionamiento energético de Europa han marcado las jornadas con las principales caídas en la Bolsa de Milán.
En lo que respecta a las últimas semanas del año, el parqué milanés apenas ha experimentado grandes variaciones, ya que la mayoría de inversores están pendientes de ver cómo evoluciona la sonada recesión que muchos expertos auguran para el año que viene y que ha llevado a algunos países, como Reino Unido, a pronosticar una importante desaceleración de su economía.
El cambio de Gobierno en Italia, por su parte, no ha condicionado los valores bursátiles de un país acostumbrado a la inestabilidad política y a los cambios repentinos en el poder.
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