Guillermo Ximenis
Madrid, 9 abr (.).- La interoperabilidad entre distintos anchos de vía y la accesibilidad de los trenes son factores diferenciales que han impulsado a Talgo (BME:TLGO) en las últimas décadas tanto en el mercado español como en el internacional.
Los sistemas patentados de la firma española, pendiente de una opa de la húngara Ganz-Mavag por el 100 % de su capital, le otorgan ciertas ventajas en el entorno europeo, un mercado heterogéneo en el que cuatro o cinco compañías, cada una con unas características particulares, suelen optar a las grandes licitaciones.
El principal rasgo que identifica a Talgo es la capacidad de sus trenes para ajustar de manera automática el ancho de vía, una tecnología que desarrolló en los años 60 para salvar la distancia entre los 1.668 milímetros de las vías ibéricas y las más estrechas, de 1.435 milímetros, del resto del continente.
La compañía, principal suministrador de trenes de alta y muy alta velocidad de Renfe, desarrolló entonces un sistema de rodadura desplazable que permite cambiar de ancho sin necesidad de detener la marcha, mediante un mecanismo que modifica la distancia entre las ruedas.
Esa versatilidad es esencial para operar en destinos como Galicia y Asturias, e incluso en el corredor mediterráneo, entre Valencia y Barcelona, trazados que exigen cambiar de ancho en algún punto del recorrido.
Operadores como la francesa Ouigo y la italiana Iryo solo cuentan con trenes de anchura fija, lo que puede limitar su penetración en España.
"Se ha visto que cuando una empresa ha querido competir con Renfe (en el mercado español) no ha podido hacerlo en toda la red porque carecía de trenes de ancho variable", señala a EFE Adrián Fernández Carrasco, director gerente de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles.
Fernández destaca al mismo tiempo que la red española migrará por completo en el futuro al ancho internacional, por lo que el cambio de calibre dejará de ser tan relevante.
La tecnología patentada de la empresa española también puede suponer en determinadas licitaciones una desventaja respecto a otros competidores, al requerir un mantenimiento más específico.
Cambios de vía internacionales
La tecnología de Talgo marca también la diferencia en recorridos donde los trenes deben atravesar las fronteras del antiguo bloque soviético, donde las vías se convierten a un ancho ruso de 1.520 milímetros.
Además de la propia Rusia, países bálticos como Letonia, Lituania y Estonia, así como Finlandia, mantienen un calibre distinto al resto de Europa, una característica que comparten también Bielorrusia, Ucrania, Moldavia y otros países.
Cruzar esas fronteras hacia destinos como Polonia requiere sistemas automáticos como los de Talgo -que compite en este terreno con otras compañías- para evitar procesos lentos y costosos como el cambio de ruedas que llevan a cabo algunos trenes de mercancías.
La tecnología de la compañía española facilitó, entre otros contratos, el servicio de tren nocturno entre Moscú y Berlín, que acortó en cuatro horas y media el trayecto entre ambas capitales al eliminar la necesidad de hacer transbordos.
Acceso a nivel de andén
Los trenes Talgo no cuentan con los ejes habituales entre las ruedas, sino que cada una de ellas se mueve de manera independiente. La ausencia de estructura bajo los vagones, única en los productos de la firma española, permite que la base del tren sea más baja y las puertas estén al mismo nivel que el andén.
Esa característica acelera los procesos de carga y descarga, y facilita la entrada y salida de pasajeros, especialmente con necesidades especiales de movilidad, porque elimina los escalones habituales en servicios de larga distancia.
Esto ha resultado un factor diferencial en algunos de los pedidos de Talgo, por ejemplo en Alemania y Dinamarca, y ha llevado a la marca a presumir de que "a un Talgo no se sube, sino que se entra", describe Fernández.