Bruselas, 6 feb (.).- Los países de la Unión Europea (UE) y la Eurocámara llegaron este martes a un acuerdo sobre su plan para impulsar la producción de tecnologías limpias en la UE y competir así con las subsidiadas industrias china y estadounidense.
La Ley de Industrias de Emisiones Cero busca que las empresas europeas ganen terreno en sectores clave para el reverdecimiento de la economía, como baterías, paneles fotovoltaicos o turbinas eólicas, y fija como meta que en 2030 la UE cubra con producción propia un 40 % de su consumo de tecnologías limpias.
Para ello, prevé acelerar la obtención de permisos, modificar las normas sobre licitaciones públicas para que las ofertas más sostenibles puedan ganarlas aún cuando no sean las más baratas, facilitar el acceso a mercados; y mejorar la formación de trabajadores para estos sectores, entre otras medidas.
La ley es la repuesta europea a los 340.000 millones de euros en subvenciones "verdes" aprobadas por Estados Unidos dentro de su ley anti-inflación para un sector cuyo valor se triplicará hasta los 600.000 millones de euros al final de la década; y en el que China y Japón prevén también invertir 260.000 y 140.000 millones, respectivamente.
"Por primera vez, la UE reacciona a la ley de reducción de inflación", celebró el eurodiputado alemán Christian Ehler, responsable del dossier en el Parlamento Europeo, quien reconoció que pese a no ser una respuesta "proporcional" al apoyo desplegado por Washington, hace todo lo que puede con la "fortaleza del mercado europeo".
El plan europeo centra sus esfuerzos en una decena de tecnologías consideradas estratégicas, entre las que figuran las ligadas a energía solar, eólica, baterías y tecnologías de almacenamiento, bombas de calor y geotérmica, electrolizadores y células de combustible, biogás y biometano sostenibles, captura de carbono y redes energéticas.
A estas ocho propuestas por la Comisión Europea en el borrador de ley, el Parlamento Europeo y los Estados han añadido los combustibles alternativos y las tecnologías ligadas a la fisión y fusión nuclear, aunque los países que no usen esta energía no estarán obligados a declarar como estratégicos ese tipo de proyectos.
El acuerdo prevé además que se analice cómo evoluciona la producción europea de tecnologías limpias en comparación con la mundial y fija un objetivo de captura de carbono para 2030 de al menos 50 millones de toneladas de CO2 anuales.
Asimismo reduce los plazos para conceder permisos de construcción o ampliación de fábricas de tecnologías de emisiones cero, que serán de un máximo de 18 meses para los grandes (con una potencia superior a 1 gigavatio) y de 12 meses para los que no lleguen a ese umbral. Para los proyectos considerados estratégicos, los socios fijarán plazos aún más breves.
En cuanto a las licitaciones públicas, la ley exigirá tener en cuenta si el potencial adjudicatario contribuye a la sostenibilidad medioambiental y, en el caso de que haya una dependencia de más del 50 % de un país extranjero para la tecnología en cuestión, también su contribución a la resiliencia de la UE.
Sin embargo, el acuerdo precisa que las autoridades podrán decidir no aplicar estos criterios si hacerlo genera una diferencia de coste "desproporcionada" o hace que no se presenten ofertas adecuadas, según informó el Consejo de la UE.
Además, cuando las licitaciones sean para proyectos de energías renovables, los Estados tendrán que aplicar criterios de sosteniblidad medioambiental y contribución a la integración energética a al menos un 30 % del volumen subastado cada año a la hora de hacer las adjudicaciones.
La ley, que ahora debe ser ratificada por Parlamento y Consejo para entrar en vigor, se suma a otras iniciativas recientes de la UE para atajar su dependencia de otras potencias en áreas vitales, como la ley de materias primas críticas o la ley de chips.