Roma, 11 abr (.).- Los sindicatos CGIL y UIL, dos de los más importantes de Italia, protestaron este jueves en todo el país para detener la "guerra civil" que suponen las muertes en accidentes laborales que este martes, tras la explosión en una central eléctrica, se cobró la vida de cuatro trabajadores, tras el hallazgo de un nuevo cuerpo en las últimas horas.
"Esta huelga que habíamos proclamado sobre temas de seguridad demuestra la necesidad de intervenir para detener esta guerra civil, esta una matanza sobre la que este país debe tomar nota", dijo el secretario general de la UIL, Pierpaolo Bombardieri, en una concentración en Roma.
Los paros, de 4 horas en toda Italia y de 8 en la región norteña de Emilia-Romagna, donde tuvo lugar la explosión, afectan sobre todo al transporte público, incluidos los trabajadores ferroviarios, aunque se extendieron al resto de sectores laborales en diferentes tramos horarios, por lo que no habrá datos de participación hasta última hora de la jornada.
A pesar de que la huelga general estaba convocada antes de que se produjera la explosión, el accidente ocurrido en el lago de Suviana, que también provocó tres desaparecidos y cinco heridos, centró las manifestaciones que se tuvieron lugar de norte a sur del país.
Así, entre las peticiones sindicales destacó la de mayor seguridad para los trabajadores, accidentes pues en 2023 en Italia las muertes laborales ascendieron a 1.040 en 2023 según los sindicatos. "Hace falta mayor formación y mayores controles", aseguró el líder de CGIL, Maurizio Landini, en Brescia (norte).
Los trabajadores también salieron a la calle para pedir una reforma fiscal que beneficie a las clases trabajadoras, así como un nuevo modelo de empresa, más social, que "se centre en la salud y la persona, en un trabajo estable y no precario, y una reforma de las pensiones", entre otros aspectos.
En Bolonia (norte), cerca de Suviana, los manifestantes marcharon por las calles de la ciudad con pancartas en las que se podía leer "ya basta" y "cero muertes en el trabajo", mientras que en Turín (norte), los asistentes colocaron en el suelo docenas de cascos amarillos de obreros como símbolo de los trabajadores fallecidos en sus puestos de trabajo.
"¿Es normal que el Gobierno invierta solo dos millones de euros frente a todas estas muertes?", se preguntó Bombardieri.
Por su parte Landini destacó que "en Italia se ha devaluado demasiado el trabajo y leyes introducidas en estos años están favoreciendo un modelo de hacer empresa basado en la explotación".
Y recriminó al CISL, el segundo sindicato del país, que "ante los muertos" se mantuviera al margen de los paros, mientras que su líder, Luigi Sbarra, le respondió que ellos ya convocaron el pasado 27 de marzo una huelga nacional de 4 horas en Enel (BIT:ENEI), empresa energética propietaria de la central eléctrica accidentada.
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