Por Carlos R. Cózar
Investing.com - Vuelve LaLiga tras el parón de selecciones. Lo hace, además, para encarar el último tramo de la temporada. Un período en el que los equipos buscan posicionarse en su zona de confort que les permita cumplir sus objetivos económicos, y de paso, los financieros.
El fútbol, tras la llegada de Javier Tebas a la patronal del deporte rey en España, ha sufrido un espectacular cambio. Seguramente, gran parte de los aficionados, no estén contentos con su labor por los extraños horarios o la idea de jugar partidos fuera de nuestro país. Pero el crecimiento y el saneamiento económico está fuera de toda duda.
En un reciente estudio entre Palco 23 y LaLiga, se asevera que en 2017-2018, la competición superó por primera vez los 4.000 millones de euros de ingresos totales; en concreto, fueron casi 4.500 millones. Además, “mientras que los equipos en positivo que hoy juegan en la Liga Santander (MC:SAN) o la Liga 1|2|3 han continuado aumentando su beneficio, la cantidad de equipos en números rojos se ha mantenido en línea con los ejercicios anteriores gracias al control económico por parte de LaLiga. Las pérdidas de estos clubes corresponden a inversiones puntuales controladas o al impacto de ascensos de categoría, es decir, se trata de unas pérdidas previstas y temporales, excepto en el caso del Valencia CF”, señala el dossier
Los contratos televisivos o los ‘match day’ han sido los principales artífices para este saneamiento de la economía de los clubes.
¿Más inyección desde fuera?
A pesar del crecimiento de los clubes, aún falta por hacer mucho trabajo y hay equipos que dependen demasiado de los logros deportivos para no sufrir en sus finanzas. En más de una ocasión, se ha tanteado la posibilidad de que algunos clubes de LaLiga debuten en el parqué para que las sociedades deportivas puedan recibir una importante inyección económica.
Durante la presentación de los resultados económicos de la temporada pasada, Javier Gómez, director general de LaLiga, confirmó que "varios clubes se han sentado con nosotros para trabajar en su salida a Bolsa". Así, la patronal del fútbol de élite lleva asesorando a los clubes para marcar directrices a la hora de su estreno sobre el parqué.
Pese a que los plazos marcados son aún lejanos -un año más, según Javier Tebas-, no se quiere dejar nada al azar y desde LaLiga se quiere ayudar en todo lo posible. De hecho, el organismo lleva trabajando desde hace meses con bancos y fondos de inversión para que los operadores financieros no sean completos desconocidos.
¿Cómo podrían salir a Bolsa?
Antes de salir a Bolsa, los clubes tendrían que pasar por varios requisitos para poder cotizar en Bolsa. Y no todos podrán hacerlo porque no son SAD (Sociedad Anónima Deportiva). Así, no podrían salir a Bolsa ni Barcelona, ni Real Madrid, ni Athletic de Bilbao y tampoco Osasuna.
Por otra parte, los equipos que deseen estar en el parqué deberán haber obtenido beneficios económicos durante los últimos cuatro ejercicios, algo en lo que lleva trabajando LaLiga varios años.
Por qué no han salido a Bolsa
Cotizar en el parqué, como hacen muchos clubes europeos, tiene grandes beneficios como que los accionistas tengan posibles dividendos o que la vigilancia sea mucho mayor puesto que tienen que rendir cuentas todos los años a la CNMV. Uno de los principales escollos para que los equipos en España no salgan a Bolsa es el oscurantismo en materia de fichajes, primas y comisiones.
“Al salir al parqué, dichas empresas se ven sometidas a una estricta regulación por parte de las entidades supervisoras, además de los costes que supone y del riesgo de pérdida de control, ya que una vez que una empresa cotiza en el mercado, cualquiera puede convertirse en accionista mayoritario si tiene el dinero”, indica Felipe López, analista de Self Bank.
Mucha volatilidad
Otro de los inconvenientes para los clubes puede ser la volatilidad. Estamos acostumbrados a ver que las acciones de los equipos europeos sufren subidones y descensos bruscos a tenor de lo que suceda en los terrenos de juegos por lo que los accionistas que acuden a comprar títulos se mueven más por la pasión que por la metodología.
"Los grandes inversores no cambian de posición en pequeños detalles como partidos ganados o perdidos”, señala el experto.