Lisboa, 21 mar (.).- El presidente de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, considera que el paquete de medidas para abordar la crisis de vivienda presentado por el Gobierno socialista es "inoperativo", aunque no reveló si vetará las leyes.
"Tal y como está concebido, desde el principio es inoperativo, tanto en el punto de partida como de llegada", dijo durante una visita a las oficinas del luso Correio da Manhã por el aniversario del diario.
El jefe del Estado respondió así a una pregunta sobre si vetará el paquete del Gobierno de António Costa -que todavía tiene algunas de las leyes que lo integran en consulta pública-, aunque no desveló cuál será su decisión final.
Rebelo de Sousa recurrió a lecciones de Derecho para hablar del plan de vivienda: "En el aprendizaje que hacíamos de la confección de las leyes, había las llamadas leyes cartel. Son aquellas que aparecen proclamando determinados principios programáticos, pero la idea de base no es que pasen a la práctica", explicó.
Y fue más allá, al considerar que "sería preferible no haber levantado expectativas" con el plan de vivienda.
"Si existe un problema real y la aparente solución no es ejecutable, sería mejor no haber hablado de ello", sentenció.
No es la primera vez que el presidente habla del plan de vivienda, pero nunca había sido tan crítico con las medidas.
Hace dos semanas, señaló que abordaría el paquete "viendo el consenso que es posible hacer, el debate público que es posible todavía prolongar un poco más y el debate en el Parlamento", y que tendría en cuenta tanto la "eficiencia" como la "constitucionalidad" de las propuestas.
MEDIDAS VALORADAS EN 900 MILLONES
El Gobierno socialista luso presentó en febrero un paquete de medidas sin precedentes valoradas en 900 millones de euros que, entre otros puntos, obliga a alquilar las casas desocupadas y permite al Estado alquilar las casas disponibles a precios de mercado durante cinco años para subarrendar.
También pone fin al régimen de Golden Visa (NYSE:V), suspende las nuevas licencias de alojamiento turístico -salvo en zonas rurales-, limita los precios de alquiler de nuevos contratos, ofrece beneficios fiscales y ayudas a las hipotecas y libera suelo y edificios públicos para viviendas.
El plan ya había sido criticado por el anterior presidente luso, el también conservador Aníbal Cavaco Silva, que dijo el pasado fin de semana que las medidas son "el resultado del fracaso de la política del Gobierno en vivienda en los últimos siete años, con costes sociales elevados para muchas miles de familias".