Fráncfort (Alemania), 12 nov (.).- La compañía alemana de suministro energético RWE (DE:RWEG_p) tuvo un beneficio neto atribuido hasta septiembre de 1.583 millones de euros (1.867,9 millones de dólares), casi seis veces menos que un año antes tras el ajuste de las actividades adquiridas a E.on (DE:EONGn) y de las que le ha vendido.
RWE informó hoy de que la facturación subió un 3,7 % hasta 9.392 millones de euros (11.082,8 millones de dólares) y de que se ve fortalecida por la decisión del Constitucional alemán de tumbar la regulación aprobada en 2018 para compensar a los consorcios energéticos por el abandono de la energía nuclear, lo que obligará a renegociar completamente lo acordado, tras una demanda de Vattenfall.
La compañía dijo que continúa expandiendo su negocio de renovables y que hasta septiembre contrató 500 megavatios de plantas eléctricas eólicas y solares nuevas y que espera contratar otros 800 megavatios más en el cuarto trimestre, gracias a los ingresos obtenidos en verano en una ampliación de capital.
Desde el punto de vista operativo el resultado ha sido bueno pese a la pandemia, considera RWE.
E.on se ha quedado con el negocio de redes y venta de energía de Innogy (DE:IGY), que era la división de renovables y redes de RWE, y RWE con el negocio de renovables de Innogy y el de E.on.
Por ello RWE publica cifras de beneficio antes de contabilizar extraordinarios.
El beneficio neto antes de extraordinarios fue hasta septiembre de 762 millones de euros (899 millones de dólares) y no ha dado cifras comparativas del año pasado.
El resultado operativo antes de extraordinarios ha mejorado entre enero y septiembre hasta 1.145 millones de euros (1.350,9 millones de dólares), un 28,5 % más elevado que hace un año, gracias a la energía eólica, especialmente las instalaciones en el mar.
RWE prevé para el 2020 un beneficio neto antes de extraordinarios de entre 850 y 1.115 millones de euros y quiere aumentar el reparto de dividendo a 0,85 euros (0,80 euros por el 2019).