Por Bruno Kelly y Ana Mano
MANAOS, 11 oct (Reuters) - Una barcaza que transportaba tres camiones y 2.000 cilindros vacíos de gas para cocinar yace varada en los bancos de arena de un disminuido Río Negro tras encallar el mes pasado, en un reflejo de la compleja situación del transporte fluvial en la región amazónica de Brasil impactada por una grave sequía.
Las autoridades advirtieron que los bajos niveles de los ríos corren el riesgo de interrumpir las exportaciones de granos de los estados agrícolas cercanos. En Madeira, dijeron que las rutas de barcazas utilizadas por empresas como Cargill, Bunge y Amaggi están abiertas, pero se han reducido las cargas por precaución.
El grupo de transporte y logística AP Moller-Maersk advirtió el miércoles a sus clientes que la navegación en la zona de Manaos, la mayor ciudad amazónica, no era posible.
"La profundidad del río Amazonas en sus puntos críticos alcanzó un nivel que hace inviables las operaciones marítimas en Manaos", afirmó la empresa.
Maersk (CSE:MAERSKa) dijo en un comunicado que la grave sequía ha afectado a 60 de los 62 municipios del estado de Amazonas, lo que ha provocado la suspensión temporal del servicio de cabotaje hacia y desde Manaos.
El capitán del barco varado que remolca la barcaza, Junior César da Silva, dijo que había llegado a recoger suministros en Manaos para Borba, a 280 kilómetros de distancia en el Madeira, un afluente del Amazonas donde los niveles de agua han caído a mínimos récord.
"A medida que nos acercábamos, encallamos y la ayuda llegó demasiado lenta para reflotar mi barco ya que el agua retrocedía muy rápidamente", dijo en una entrevista.
La región amazónica está bajo la presión del fenómeno climático de El Niño, que ha generado que el volumen de precipitaciones en el norte del Amazonas se sitúe por debajo del promedio histórico, mientras los niveles de los ríos a niveles récord.
"En Madeira están apareciendo playas y rocas que no habíamos visto antes", dijo Da Silva.
La ola de calor y la sequía, vinculadas a la muerte masiva de peces y delfines de río, han limitado el acceso a los suministros por parte de las comunidades locales que dependen del transporte fluvial en la selva.
César dijo que los estantes de las tiendas se estaban vaciando en Borba, donde su barcaza entrega alimentos, agua potable, gas para cocinar, gasolina y materiales de construcción.
En septiembre, el gobierno de Brasil creó un grupo de trabajo humanitario para entregar paquetes de alimentos a aldeas aisladas y comunidades indígenas. El martes, grupos indígenas de la Amazonia pidieron al gobierno brasileño que declare una emergencia climática ya que sus aldeas no tienen agua potable, alimentos ni medicinas debido a la sequía.
Como parte de un plan de contingencia, el operador local de Maersk, Alianca Navegacao e Logística, está desviando barcas con destino a Manaos a puertos alternativos, incluidos Vila do Conde y Pecem.
Alianca espera restablecer el servicio tan pronto como las condiciones de navegabilidad lo permitan a mediados de noviembre, con capacidad restringida, según su sitio web brasileño.
Larry Carvalho, abogado especializado en logística, dijo que los costos de fletes estaban aumentando a medida que la programación de los barcos se veía afectada en el Amazonas, con situaciones críticas en Manaos y en el río Madeira, donde las empresas de granos mueven sus productos.
En declaraciones por teléfono a Reuters, dijo que los costos más altos de transporte estaban afectando a las empresas que operan en la Zona Franca de Manaos, donde se aplican incentivos fiscales para fomentar la industrialización del norte de Brasil.
(Reporte de Bruno Kelly en Manaos y Ana Mano en Sao Paulo; Escrito por Anthony Bodle. Editado en español por Marion Giraldo)