Helsinki, 27 mar (.).- La Organización Central de Sindicatos de Finlandia (SAK) anunció este miércoles que alargará una semana más, hasta el 7 de abril, la huelga política que mantiene desde hace diecisiete días ante la negativa del Gobierno a negociar su plan de reformas.
La huelga, en la que participan cerca de 7.000 trabajadores para protestar contra las reformas y los recortes sociales anunciados por el Gobierno, está paralizando el comercio exterior del país nórdico y parte de la producción industrial debido a la escasez de materias primas.
Los paros convocados por SAK, la mayor confederación sindical del país, afectan sobre todo al transporte de mercancías por ferrocarril y a los puertos marítimos, claves para los sectores exportadores, y han provocado problemas en la distribución de combustible en gasolineras y aeropuertos.
El secretario general de SAK, Jarkko Eloranta, culpó en un comunicado al Gobierno de derechas que preside el primer ministro, Petteri Orpo, de ignorar a las organizaciones sindicales y negarse a negociar sus políticas económicas y laborales.
"Hemos pedido al Gobierno de Orpo equidad y moderación, pero el Ejecutivo no escucha a las organizaciones que representan a los trabajadores. Sigue impulsando una serie de objetivos patronales que son negativos para los trabajadores", señaló Eloranta.
Según el líder sindical, SAK está dispuesto a desconvocar la huelga de inmediato si el Gobierno muestra comprensión hacia las preocupaciones de los asalariados y accede a negociar sus reformas.
"El Gobierno es insensible y sordo a las preocupaciones de la gente corriente. El 1 de abril entrarán en vigor las siguientes reducciones drásticas de la Seguridad Social. Como resultado de esos y otros recortes, la pobreza en Finlandia aumentará para 100.000 adultos y 17.000 niños", afirmó.
Las nuevas movilizaciones se suman a las huelgas celebradas de forma intermitente desde mediados de diciembre de 2023 en el país nórdico, en un conflicto que ha causado ya cerca de 2.000 millones de euros en pérdidas, según cálculos de la patronal.
El Gobierno finlandés, formado por los conservadores, la ultraderecha y otros dos pequeños partidos de derechas, está impulsando una reforma del mercado laboral y una serie de recortes de las prestaciones sociales que los sindicatos consideran inaceptables.
Entre otras medidas, el Ejecutivo quiere limitar a un solo día la duración de las huelgas políticas y facilitar que los convenios sectoriales no sean vinculantes para todas las empresas, lo que reduciría sensiblemente la capacidad negociadora de los sindicatos.
Además, planea recortar las prestaciones por desempleo, facilitar el despido y la temporalidad y permitir que el primer día de baja por enfermedad no sea remunerado, con el objetivo de sanear las finanzas públicas e incentivar la creación de empleo.