TOKIO - En una transición significativa para uno de los gigantes industriales de Japón, Toshiba (TYO:6502) está a punto de dejar de cotizar en bolsa tras su adquisición por un consorcio liderado por Japan Industrial Partners (JIP). La operación, valorada en 14.000 millones de dólares, marca el regreso a la propiedad nacional y señala un giro estratégico hacia los servicios digitales de alto margen.
Bajo la nueva estructura, Toshiba seguirá operando bajo la dirección de su CEO, Taro Shimada. La empresa se encuentra actualmente bajo la atenta mirada del gobierno japonés, que ha planteado problemas de seguridad nacional debido a la considerable plantilla de Toshiba y a su importancia para las infraestructuras del país. El conglomerado emplea a unas 106.000 personas en todo el mundo.
El nuevo grupo de propietarios incluye notables entidades japonesas como Orix y Chubu Electric Power. Estos socios también estarán representados en el renovado consejo de Toshiba, garantizando que la gobernanza de la empresa refleje su nueva orientación nacional.
Como parte de su reorientación estratégica, Toshiba planea deshacerse de los negocios de menor margen y centrarse en la innovación tecnológica. Un elemento clave de esta estrategia es una asociación de 2.700 millones de dólares con el fabricante de semiconductores Rohm Co. El objetivo de esta colaboración es reforzar las capacidades de Toshiba en la producción de chips de potencia, un área en la que se espera una demanda creciente en diversas industrias, como la automovilística y la energética.
Esta adquisición por parte de JIP y sus socios representa una importante remodelación del modelo empresarial y la propiedad de Toshiba, con posibles implicaciones para el panorama industrial japonés en general.
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