Tokio, 12 ago (.).- El grupo Toshiba (T:6502) anunció hoy que tuvo un beneficio neto de 79.800 millones de yenes (702 millones de euros) ente abril y junio, su primer resultado positivo en año y medio por la venta, sobre todo, de su rama de electrodomésticos.
La empresa, sumida en un profundo proceso de reestructuración y salpicada desde el año pasado por un escándalo de manipulación multimillonaria de sus cuentas, logró un beneficio operativo de 20.100 millones de yenes (176 millones de euros), tras incurrir en déficit en este apartado en el mismo período de 2015.
Entre abril y junio, primer trimestre del año fiscal nipón, Toshiba registró un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 7.200 millones de yenes (63 millones de euros).
La facturación por ventas, no obstante, cayó un 1,9 por ciento interanual hasta 1,2 billones de yenes (14.660 millones de euros), debido al impacto negativo de la apreciación de la divisa nipona y al peor rendimiento de sus negocios de dispositivos electrónicos y de material de oficina, explicó Toshiba en un comunicado.
La mejoría de sus resultados se debió a "la reducción significativa de costes fijos mediante reformas estructurales y medidas de emergencia" como la reducción de bonos para sus ejecutivos.
El fabricante tecnológico, de infraestructuras y equipamiento nuclear anotó unos ingresos de 83.900 millones de yenes (738 millones de euros) por la venta de su rama de electrodomésticos a la empresa china Midea, anunciada por ambas compañías a finales del pasado marzo.
Los resultados anunciados hoy por la empresa con sede en Tokio reflejan su primer beneficio neto desde el último trimestre de 2014.
En base a estas cifras mejores de lo esperado, Toshiba revisó al alza su previsión de resultados para abril-septiembre, primer semestre del año fiscal nipón.
La empresa espera embolsarse un beneficio operativo de 30.000 millones de yenes (263 millones de euros), frente a su estimación anterior de 20.000 millones de yenes de pérdidas (175 millones de euros).
Toshiba también prevé registrar una facturación por ventas de 2,35 billones de yenes (29.320 millones de euros), un 5 por ciento más que su cálculo previo.
La compañía se encuentra sumergida en un grave caso de manipulación sistemática de sus cuentas durante los últimos siete años, que le ha supuesto una multa multimillonaria de las autoridades niponas, y que también ha motivado procesos judiciales iniciados por accionistas y por la propia empresa contra sus antiguos directivos.