Por Terray Sylvester
PARADISE, EEUU (Reuters) - Efectivos de la Guardia Nacional de Estados Unidos peinaban la zona de las ruinas de Paradise (HK:1180) el jueves, buscando algún indicio de las 130 personas que aún figuran como desaparecidas en el incendio más devastador en la historia de California, mientras que las autoridades dijeron que la cifra de muertos había ascendido a 56.
El incendio "Camp Fire" arrasó el jueves pasado la localidad de Paradise, ubicada a unos 280 kilómetros al norte de San Francisco cuya población que solía ser de 27.000 personas. La mayoría de quienes siguen perdidos en la localidad y en sus alrededores tiene más de 65 años.
La zona cubierta por el fuego había aumentado a 55.000 hectáreas para la noche del miércoles, aun cuando vientos más moderados y una mayor humedad apoyaban el trabajo de los bomberos para levantar líneas de contención.
Pero las extensas áreas cubiertas de ceniza y escombros provocaron una gran impresión al gobernador Jerry Brown, al secretario del Interior Ryan Zinke y a otras autoridades que recorrieron el lugar. "Parece una zona de guerra. Es una zona de guerra", dijo Brown.
En agosto, tras visitar zonas afectadas en California por los incendios, Zinke declaró que era responsabilidad de la "mala gestión de los bosques" debido a las restricciones en el acopio de madera que dijo eran apoyadas por "grupos ambientales terroristas".
Pero el miércoles, ante las preguntas de los periodistas, Zinke apuntó que "ahora de verdad no es el momento de señalar con el dedo (...). Es momento de que Estados Unidos se mantenga unido".
El fuego, alimentado por matorrales espesos y afectados por la sequía y avivado por vientos feroces, remata una catastrófica temporada de incendios forestales en California, que expertos atribuyen en gran parte a los períodos secos prolongados que, afirman, son síntoma del cambio climático.
Abogados de algunas de las víctimas aseguran en una demanda presentada el miércoles que el mantenimiento laxo por parte de una compañía eléctrica es la causa del incendio, que está siendo oficialmente investigada.
El desastre del condado de Butte coincidió con una serie de siniestros en el sur de California, en particular el incendio Woolsey, que dejó al menos dos muertos, destruyó más de 500 estructuras y desplazó a unas 200.000 personas en las montañas cerca de la costa de Malibú.
(Información adicional de Brendan O'Brien en Milwaukee. Editado en español por Janisse Huambachano)