Por Tim Hepher
6 nov (Reuters) - Más de 20 países se reúnen en España para debatir la financiación del retrasado cohete Ariane 6, el cambio climático y un posible nuevo papel en la exploración.
La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), integrada por 22 países, celebra el lunes en Sevilla una reunión ministerial, seguida el martes por una sesión conjunta con la Unión Europea sobre competitividad en el sector espacial, dominada por el rápido crecimiento de SpaceX, el competidor estadounidense propiedad de Elon Musk.
La "Cumbre Espacial", de dos días de duración, se celebra en un momento en el que Europa se enfrenta a una brecha en el acceso autónomo al espacio tras los retrasos del nuevo cohete Ariane 6, combinados con la inmovilización del más pequeño Vega-C y la interrupción del acceso al Soyuz ruso debido a la guerra en Ucrania.
Los ministros intentarán resolver las tensiones entre Francia, Alemania e Italia sobre la política de lanzadores, incluida la financiación a medio plazo de Ariane 6, cuyo primer lanzamiento de prueba está previsto para 2024, con cuatro años de retraso sobre el plan original.
Francia, donde tiene su sede el fabricante ArianeGroup, quiere financiación adicional para absorber los sobrecostes, según fuentes del sector. El diario económico francés La Tribune cifró la semana pasada el déficit en 350 millones de euros.
Alemania, que a menudo se muestra reacia a ser el que financia la industria francesa, quiere estimular su propio sector emergente de lanzamientos independientes, mientras que Italia quiere proteger su proyecto Vega-C y avanzar en los programas de exploración.
Algunas fuentes señalaron la semana pasada que se habían producido algunos avances en el desbloqueo de un punto muerto a tres bandas entre las principales naciones europeas en materia de lanzamientos, pero que los ministros seguían enfrentados a delicadas conversaciones sobre el presupuesto.
Antes de la reunión de Sevilla, el director general de la ESA, Josef Aschbacher, declinó hacer comentarios sobre las conversaciones, pero instó a Europa a no repetir los errores del pasado en el sector tecnológico.
"La economía espacial está creciendo. No participar en ella sería, en mi opinión, estratégicamente muy difícil de justificar", dijo Aschbacher a la asociación francesa de medios de comunicación AJPAE.
Hace dos décadas, Europa no estaba lejos de Estados Unidos o Japón en cuanto a patentes y capacidad intelectual.
"Hoy, las mayores empresas de tecnologías de la información no están en Europa. Algunas están en Estados Unidos, otras en China. Hemos perdido el tren. La tecnología cuántica es un ejemplo similar en el que ahora estamos intentando ponernos al día", dijo.
Europa se ha labrado un papel de liderazgo en la observación del clima, la navegación y la ciencia espacial, pero no ha aspirado a un papel principal en la exploración humana, sino que ha optado por un papel secundario en proyectos liderados por la agencia espacial estadounidense NASA o, hasta hace poco, por Rusia.
Se espera que los ministros debatan una propuesta de la ESA de solicitar financiación privada para un posible nuevo avión espacial diseñado para transportar carga desde y hacia las estaciones espaciales del futuro. Con el tiempo, el proyecto podría adaptarse para incluir vuelos tripulados.
La propuesta recuerda el avión espacial Hermes (EPA:HRMS), que nunca salió de la mesa de diseño. La respuesta europea al transbordador espacial estadounidense se diseñó para transportar a tres astronautas, pero se desechó en 1992.
(Reporte de Tim Hepher; edición de Robert Birsel; editado en español por Flora Gómez)