Por Shivani Singh y Colin Qian
PEKÍN, 10 feb (Reuters) - La gente volvía gradualmente a sus trabajos en China el lunes, al término de unas vacaciones por el Año Nuevo Lunar que se prolongaron, mientras el gobierno reducía algunas de las restricciones para frenar el coronavirus, pese a que la OMS dijo que el número de casos en el extranjero podría ser solo "la punta del iceberg".
La cifra de fallecidos por la epidemia se elevó a 908 el domingo, todos menos dos en China continental y 97 más que en la víspera. Fue la cifra más alta para un solo día desde que se detectó el brote en diciembre en la ciudad de Wuhan.
El crucero Diamond Princess, propiedad de Carnival Corp (LON:CCL), seguía en cuarentena en el puerto japonés de Yokohama con 3.700 pasajeros y tripulantes a bordo y 65 nuevos casos detectados, lo que elevó el total de afectados confirmados a 135.
Las acciones y el precio del crudo caían en los mercados debido a la preocupación por el impacto del cierre de fábricas chinas para las cadenas de suministro para firmas como la taiwanesa Foxconn (TW:2354) -fabricante del iPhone- y automotrices como Kia Motors (KS:000270) y Nissan (T:7201).
En China continental se confirmaron 3.062 infecciones nuevas el domingo, elevando el total a 40.171, según la Comisión Nacional de Salud.
Wu Fan, vicedecana de la facultad de medicina de la Universidad Fudan de Shanghái, dijo que hay esperanzas de que la propagación pueda alcanzar pronto un punto de inflexión.
"La situación se está estabilizando", afirmó en una comparecencia cuando fue preguntada sobre la propagación en Shanghái, donde ha habido casi 300 casos y un deceso.
No obstante, el jefe de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo en Ginebra que ha habido "instancias preocupantes" de transmisión entre personas que no han estado en China.
"La detección de un pequeño número de casos podría apuntar a una transmisión más extendida en otros países; en pocas palabras, podríamos estar viendo solo la punta del iceberg", afirmó.
El virus se ha propagado al menos a 27 países y territorios, según un recuento de Reuters basado en datos oficiales, infectando a más de 330 personas. Las dos muertes fuera de la China continental fueron en Hong Kong y Filipinas.
La epidemia ha causado graves trastornos en China, donde sus habitualmente bulliciosas ciudades se han convertido en pueblos fantasma, después de que las autoridades del gobernante Partido Comunista ordenasen cuarentenas, cancelasen vuelos y suspendiesen la actividad de fábricas y escuelas.
Las autoridades chinas extendieron en 10 días las vacaciones por el Año Nuevo Lunar, que deberían haber terminado a finales de enero. Pero, pese a todo, un gran número de negocios seguía cerrado el lunes y muchas personas trabajaban desde sus casas.
En la hora punta matinal se veían pocas personas viajando en una de las líneas de metro más concurridas de Pekín. Todas llevaban máscaras.
Un funcionario gubernamental en Pekín, Zhang Gewho, dijo que sería más difícil frenar la propagación del virus ahora que la gente está empezando a retomar su actividad laboral.
"La capacidad de las comunidades y el flujo de gente aumentará mucho y la dificultad de la prevención y control del virus subirá más", señaló.
(Información adicional de Sophie Yu, Ryan Woo, Huizhong Wu, Liangping Gao, Stella Qiu y Brenda Goh en Pekín, Stephanie Nebehay en Ginebra, Joyce Lee y Hyunjoo Jin en Seúl, Kylie MacLellan en Londres y Jessica Jones en Madrid; escrito por Lincoln Feast y Robert Birsel; editado en español por Carlos Serrano)